Guardias civiles acorralados bajo una lluvia de piedras y voladores

La imagen no es nada frecuente, sobre todo después de las fotografías que han generado las violentas cargas policales en las protestas mineras de todo el país. Ayer, el foco dirigía el ‘zoom’ hacia los agentes de la Guardia Civil que llegaron a Ciñera de Gordón (12:18 horas) para despejar la carretera y las vías del tren cortadas por los mineros. Una treintena de antidisturbios a quienes se les había dado instrucciones previas para no cargar contra la población —evitaron hacerlo, pese a que parte de los ataques procedían del piquete situado dentro de Ciñera— se vieron obligados a recular en sus posiciones y deshacer el operativo. La razón fue la ensalada de piedras, botellas y cohetes que se ‘comieron’ durante algo más de media hora. El griterío triunfador de los mineros y de sus apoyos inundó las calles del pueblo en cuestión de segundos. «Este clima de alta tensión no se puede consentir», dicen desde los sindicatos.