«Mi hermana ocultaba los malos tratos»

«Esto no me lo ha hecho Manuel, esto me lo ha hecho un mueble». Es la frase que la hermana de la víctima, Luisa Jiménez, asegura que le dijo Rosa del Mar hace una temporada, cuando le descubrió un moratón. Convencido de que su hermana «sufría malos tratos y los ocultaba», Luisa, que vive en Castropodame, se quejaba anoche de que nadie había informado a su familia de la muerte y negaba que que Rosa sea indigente. «No es una indigente, tiene familia», afirmó, sin negar que el autor confeso de la muerte de su hermana practicara la mendicidad. Lo que anoche preocupaba más a Luisa era la falta de información. «Estamos velando a mi hermana sin el cuerpo», se quejó, dispuesta a poner una denuncia.

En La Coruña, la familia del detenido estaba perpleja. «¿Cuánto le va a caer a mi padre por esto?», le preguntaba uno de los hijos de Manuel Dos Anjos al periodista de La Voz de Galicia con el que habló. Procedente de un poblado chabolista de inmigrantes portugueses, el de la Conservera Celta en la ría de O´Burgo, donde los mariscadores están cansados de quejarse por el furtivismo, el autor confeso del crimen de Bembibre, de etnia gitana, había dejado a su mujer y a sus seis hijos hace tres años y apenas tenía relación con ellos. Sus hijos insistían ayer a La Voz de Galicia en que su padre nunca se metía en líos y nunca había sido violento con su madre. La propia ex mujer insistía ayer en que Dos Anjos tendría que haberse vuelto loco porque lo veía incapaz de hacer algo así.