Planos de futuro

La arquitectura tiene que dibujar sus planos de futuro. Los primeros de la obra, arquitectos y arquitectas, viven «los momentos más difíciles, se puede decir que dramáticos», asegura Pilar Morala, decana del Coal, que agrupa a los colegios profesionales de León, Zamora, Salamanca y Palencia. Diluida en la crisis de la construcción y engullida por la burbuja inmobiliaria, la debacle de la arquitectura se refleja en una caída del 91% de los proyectos visados en por el Coal entre 2007, un año histórico por registrar el récord de actividad, y el 2012, con una menguadísima actividad.

De 5.241 proyectos en todo el territorio del Coal en 2007 se ha pasado a tan solo a 445. Una crisis en la que León también ha perdido peso dentro del colegio pues llegó a visar 2.605 proyectos en el 2007, el 46,9%) del total y en el 2012 ha registrado el un descenso en el conjunto colegial hasta el 39,3% con un total de 175 proyectos.

Diversificarse

El paro en la profesión es el más alto del país, un 32%, y se han cerrado un 50% de los estudios profesionales. Las expectativas «no son nada buenas», admite la decana quien cree que superar la crisis pasa por «refundar los estudios y la forma de trabajo» tradicional como profesionales liberales. El futuro apunta hacia su incorporación en empresas y equipos de trabajo asociados con ingenieros, abogados y otras disciplinas profesionales para hacer labores de consulting.

La pequeña obra y la vivienda unifamiliar también han caído, así que los esfuerzos han de centrarse, apunta Pilar Morala, en la rehabilitación energética de viviendas usadas y la regeneración urbana. «Mantener es ahorrar», argumenta. No se trata sólo de poner doble ventana y cristal aislante. Los refuerzos del aislamiento «mejoran la eficiencia energética, al igual que la incoporación de energías renovables». Abrir este nicho pasa por «una conciencia social y una cultura del mantenimiento» que se da en países como Alemania y apenas se practica en España.

La reconversión de la arquitectura pasa por una diversificación de la actividad profesional. Si la generación más joven tiene la opción de aventurarse en el extranjero —ya lo están intentando incluso arquitectos veteranos— otras buscan una opción en la enseñanza, en el mundo del diseño e incluso en la publicidad.

Tirar de los ahorros

«Muchos arquitectos están aguantando gracias a lo que ahorraron en los años de bonanza», explica Morala. Lo mismo pasa en el Coal que, además, ha tenido que reducir su plantilla en un 40% (de 38 trabajadores en el 2006 a 23 en la actualidad en las cuatro provincias).

«Empezamos a reducir gastos antes de que la crisis se echara encima», afirma la actual decana que entró en la junta de gobierno del Coal como tesorera en el año 2004. «Cuando ya no hubo margen de maniobra, no quedó más remedio que reducir la plantilla laboral», agrega.

En junio del 2012, el Coal se acogió a un expediente de regulación de empleo temporal (ERE) que se prolongará durante todo el 2013. Para este período de año y medio, han reducido la jornada laboral, y proporcionalmente los salarios. de esta manera, el horario de atención al público es de 9 de la mañana a 2 de la tarde.

También se han negociado a la baja los costes de servicios externos jurídicos, laborales y fiscales e informática y se ahorra en suministros. «Hemos ido a una concentración de servicios para reducir costes y mantener los servicios», explica la decana. Otra de las medidas adoptadas para mantener el colegio, con las cinco sedes abiertas (León, Ponferrada, Zamora, Salamanca y Palencia) ha sido «unificar y concentrar todos los proveedores y mejorar el control y seguimiento del gasto», explica la decana.

El presupuesto ha menguado el 60% en estos años de crisis. El Coal ha pasado de tener unos ingresos históricos de 3,5 millones de euros en el año 2006 a los 1.384.000 euros previstos en el presupuesto del 2013. «En todos los años de bonanza el ahorro ha sido importante —el gasto en el 2006 fue de 2,7 millones de euros— y eso nos ha permitido afrontar los despidos y mantener las cuotas congeladas en los últimos cuatro años».

La decana recalca que el colegio se financia casi exclusivamente con las cuotas de los arquitectos, a los que también se cobran tasas por ciertos servicios y sobre todo a raíz de la norma que obligó en 2010 a establecer un precio de visado, en lugar de cobrar un porcentaje del presupuesto de ejecución.

Menos colegiación

También hay menos profesionales colegiados. Si en el 2009 cotizaron 894 arquitectos titulados en el Coal (365 en León), en el 2012 la cifra ha descendido a 838 en las cuatro provincias y a 351 en León. Los nuevos titulados, salvo excepciones, no se colegian por falta de trabajo y de expectativas.

Hay quienes han cambiado los planos por otra profesión e incluso quienes se aventuran en negocios de hostelería con los ahorros que atesoraron de los años buenos. Se acabó el tiempo de los edificios tótem, aunque algunos están sin terminar, como el Palacio de Congresos de León del archifamoso Dominique Perrault.

Asimismo, se ha reducido considerablemente la actividad cultural en el Palacio de Gaviria de la calle Conde Luna de León. Estas actividades están patrocinadas por Funcoal, la fundación del Colegio Oficial de Arquitectos de León creada en 1999 .

Funcoal nació con el propósito, entre otros, de «promover el conocimiento y comprensión de esta disciplina por la sociedad y propiciar desde esta actividad, una mejora de la arquitectura como bien cultural y práctica profesional de indudable importancia y relevancia económica y social, colaborando para ello con entidades públicas y privadas que lo requieran».

No parece que lo haya logrado. Los arquitectos tienen la sensación de que su labor es desconocida por la sociedad. «El perfil que la sociedad tiene del arquitecto no tiene nada que ver con la realidad, al menos en estos momentos», asegura la decana.

La ley de servicios profesionales redefinirá el papel de esta profesión para los próximos años en España. El proyecto no ha pasado la fase de borrador y por ahora lo único que parece seguro es que se mantendrá la colegiación obligatoria al igual que ocurrirá con otras profesiones como la médica, la abogacía y la farmacéutica.