Diario de León

Los barones callan ante Rajoy que pide calma tras ingresar Bárcenas en la cárcel

El presidente promete colaboración con la justicia y respeto hacia sus decisiones.

Dolores de Cospedal y Mariano Rajoy durante la celebración del comité ejecutivo del PP.

Dolores de Cospedal y Mariano Rajoy durante la celebración del comité ejecutivo del PP.

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a. montilla | (colpisa) madrid

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Hablar fuera, callar dentro. Los presidentes regionales del PP que habían reclamado mayor contundencia a la dirección del partido en relación con el ‘caso Bárcenas’ enmudecieron hoy ante Mariano Rajoy, que recomendó «calma» al partido durante su intervención a puerta cerrada en el comité ejecutivo nacional del PP.

El líder de los populares pretende dar carpetazo a este escándalo porque entiende que ensombrece sus primeros logros en materia económica. Sabe que su deseo, de momento, no casa con la realidad. «Seguiremos un tiempo con esta historia», se lamentó Rajoy.

Los acontecimientos previos a la reunión, ingreso en prisión de Bárcenas, presentación de la controvertida reforma de la administración y el «rácano» reparto del nuevo margen de déficit para las autonomías, hacían presagiar que sería una cita polémica. Nada más lejos de la realidad. El comité ejecutivo nacional del PP, del que forman parte unos 80 dirigentes, pasó con más pena que gloria. Además de Rajoy, sólo tomaron la palabra otras dos personas, María Dolores de Cospedal, que expuso un informe de gestión, y Juan Ignacio Zoido, presidente del PP de Andalucía, que informó de la situación política en esa comunidad tras el anuncio de José Antonio Griñán de que no volvería a presentarse a las elecciones.

Todo ello pese a que incluso minutos antes que comenzara el encuentro, algunos barones alertaron en la misma puerta de la sede de la calle Génova 13, sobre las consecuencias del ingreso en prisión del ex tesorero del partido.

La madrileña Esperanza Aguirre confesó estar «absolutamente abochornada» por las informaciones sobre casos de corrupción en el PP. «El presidente de mi partido -sostuvo- supongo que está igual de abochornado que yo». Arantxa Quiroga, presidenta del PP vasco, que llegó a decir que el enriquecimiento de Bárcenas le provocaba «vómito», se limitó a comentar que el ex tesorero más que «preocupar» está «ocupando al PP, que está tomando medidas internas».

Ni estas ni otras reflexiones similares que los dirigentes populares hicieron a su llegada tuvieron eco en el interior. Rajoy logró uno de los objetivos que pretendía durante la sesión de este órgano interno, que nadie citase de manera expresa a Bárcenas.

Más allá de su llamamiento a la calma ante el encarcelamiento del ex tesorero, el jefe del Ejecutivo recitó la respuesta políticamente correcta, máximo respeto a las decisiones judiciales y promesa de colaboración plena con la justicia.

Rajoy, una vez más, delegó en María Dolores de Cospedal la tarea de responder a las preguntas de los informadores. La secretaria general del PP fue contundente a la hora de valorar la posibilidad de que Bárcenas tire de la manta. «No tengo miedo a nada», declamó.

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