Diario de León

Tensión en el funeral y acusaciones contra el director de la Vasco y los políticos

"¿Por qué? Queremos saber qué ocurrió"

Los familiares de los mineros muertos achacan el accidente a los recortes

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León

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 "¿Por qué? Queremos saber qué ocurrió". Un familiar de uno de los fallecidos, José Antonio Blanco, el currante que era feliz en la mina, dejó la pregunta en el aire ayer en el funeral conjunto celebrado en Santa Lucía, donde tomó la palabra. No fue el único.

Familias, amigos y compañeros de los seis fallecidos en el pozo de la Vasco achacan directamente el accidente mortal, el más grave en el país desde hace 18 años, a los recortes en la minería. Y de nada les valen las palabras del ministro Soria asegurando que es el  momento de investigar el accidente y no de "polemizar".

"Ese, que ni se acerque", advertía una mujer.

En el funeral, un familiar de Roberto Álvarez, de Fontanos, el más joven de los fallecidos, tiró con

bala al director de pozo donde sucedió el accidente. "Al director de la empresa, que dijo a algunos

de los mineros que no tenían cojones a meterse en algún sitio, ¡que vea que sí  tienen cojones, que son muy valientes, más que él, que no lo queremos en la  zona, son más valientes que él mil veces!", clamó.

En público o refugiados en el anonimato, trabajadores de la compañía se quejaban de las consecuencias que los recortes aplicados en el seno de la empresa podrían  haber tenido también en materia de seguridad. “Esto no puede volver a ocurrir”.

“Se podría haber evitado”, gritó una mujer. "Esto se veía venir y, ahora, a ver quién vuelve al trabajo”, añadió un minero.

Otros recordaban la polémica surgida por el despido de dos ingenieros, cuya salida de la empresa se vinculó a sus advertencias y denuncias sobre cuestiones relacionadas con la situación de las explotaciones y sus condiciones de seguridad. Los despidos fueron “disciplinarios”, según se explicó en junio cuando la compañía retomó la actividad tras varios meses de parón por un ERE.

"Que Dios perdone a los responsables, pero este accidente se podía haber evitado". Lo resumió otro familiar con dolor.

La rabia fue para los políticos presentes. "¡Venís a haceros la foto; esto pasa por vuestros recortes!", le reprocharon los asistentes al presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, y a la presidenta de la Diputación, Isabel Carrasco, entre otros políticos presentes.

Después el valle se atronó con el 'Santa Bárbara bendita' y luego calló el silencio como una gran losa. Ya sólo se escuchaban los sollozos.

Seis coches fúnebres se encaminaron hacia los cementerios de Fontanos, Santa Lucía, Las Ventas de Albares, Paradilla de Gordón, Robles de la Valcueva y Pola de Lena. Allí, por la tarde, recibieron el último adiós. Ahora se abre el tiempo de las explicaciones y las responsabilidades. Porque el dolor no desaparecerá. Nunca.

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