Amanecer Dorado y Le Pen no tienen cabida en la escena española

La historia y el sistema de partidos han hecho que las fuerzas políticas de ultraderecha sean residuales en España. Fenómenos como el griego de Amanecer Dorado o el Frente Nacional de la francesa Marine Le Pen no tienen cabida en la escena hispana. Pero estimulados por esos y otros casos, la extrema derecha filofascista busca una alianza para las elecciones europeas del próximo 25 de mayo que les saque de la marginalidad política. Alianza Nacional, La Falange, Nudo Patriota y Democracia Nacional discuten una candidatura conjunta que posibilite tener al menos un representante en el Parlamento de Estrasburgo. Tarea que no será fácil porque se requieren al menos del orden de 250.000 votos y en las últimas elecciones generales todos estos grupos sumados apenas superaron los 70.000 votos, el 0,3% del total.

Dudoso éxito

Estos grupúsculos recibirían una fuerte inyección de apoyo si la también xenófoba Plataforma per Catalunya, que cuenta con cerca de 70 concejales en esa comunidad, se suma a sus planes, y si lo hace igualmente España 2000, con cinco ediles en la Comunidad Valenciana. Pero las conversaciones no parecen ir bien encaminadas.

Su éxito es más que dudoso. Los dirigentes de esas formaciones filonazis o filofascistas reconocen que el voto útil al PP es su mayor lastre para tener representación. Algo que no consiguen en el Congreso desde que el líder de Fuerza Nueva, Blas Piñar, logró un escaño por Madrid en 1979. Desde entonces, han desaparecido del palacio de la carrera de San Jerónimo.