Diario de León

Rajoy mantiene su discurso sobre ETA: «Disuélvanse, no hay nada que hablar»

No atiende la petición del PP vasco de implicarse más en el final del terrorismo .

De Cospedal, Rajoy, Quiroga y Llanos en la clausura del congreso del PP del País Vasco.

De Cospedal, Rajoy, Quiroga y Llanos en la clausura del congreso del PP del País Vasco.

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j. m. reviriego | san sebastián
León

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Mariano Rajoy mantuvo el mismo discurso de dureza contra ETA que viene utilizando en los últimos meses. Ni un matiz diferente. Ni un guiño al PP vasco, que en semanas anteriores había hecho llegar al presidente del Gobierno su voluntad de que debe implicarse en público con mayor determinación en el final de ETA. Para que no dé la sensación de que es la izquierda abertzale la que «marca la agenda».

«Disuélvanse. Nada hay que hablar». Apenas dos frases bastaron a Rajoy en la clausura del congreso del PP vasco -que reeligió a Arantza Quiroga sólo con el 72,8% de los votos- para trasladar un mensaje contundente hacia la banda terrorista y a quienes piden en el País Vasco -Sortu y PNV, principalmente- que el Gobierno español cambie su actual política penitenciaria, acerque a los presos a cárceles de Euskadi y favorezca la labor de los mediadores internacionales para lograr, primero, un desarme ordenado de ETA y, luego, su disolución completa.

El PP nacional está convencido de que no es el Ejecutivo el que debe moverse de su actual posición. Porque así lo entiende la mayoría de la sociedad española. Los populares consideran que es la cúpula etarra la que debe asumir que no le queda otra posibilidad que entregar las armas, disolverse y ponerse a disposición de la justicia para cumplir condenas por los crímenes pendientes. Y una vez recorrido ese camino, el Gobierno valoraría la posibilidad de poner fin a la dispersión. En Génova saben que la banda terrorista está derrotada y que no tiene ninguna posibilidad de volver a atentar.

«No les debemos nada, nada hay que hablar -subrayó-. Esto es lo justo, lo sensato, lo democrático y lo razonable. Y se arregla muy fácil: disuélvanse». Porque en la actual situación lo único que procede es «el imperio de la ley». «Esa es la historia y no hay más», agregó antes de insistir en que «esto se arregla el día que ETA, que es una organización terrorista, se disuelva».

Un discurso férreo que horas antes también había desplegado en el Kursaal la secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal, al asegurar que se va a acabar con ETA «sin concesiones, sin descanso, sin mirar atrás y sin olvidar a una sola víctima». Porque, insistió Cospedal, hay que decir «alto y claro y sin complejos ni circunloquios» que la democracia y la ley es lo que terminará definitivamente con la «lacra» de la violencia. «Hay que acabar con el terrorismo de ETA maten o no, y hay que hacerlo con la fuerza del Estado de Derecho, sin concesiones, sin descanso, sin olvidarnos de nadie, y el PP no va a olvidar ni a una sola de las víctimas», recalcó. La referencia a los damnificados tampoco faltó en el discurso del presidente del Gobierno, que prometió que el PP no dejará de apoyarlas de manera incondicional. «Siempre con las víctimas», subrayó.

La tensión que ha sufrido el PP vasco se dejó sentir en los discursos. La dirección del partido en Madrid ha vivido las últimas semanas con una enorme sorpresa la batalla abierta entre Arantza Quiroga y los populares de Álava por el relevo de Iñaki Oyarzábal. Temen que el enfrentamiento se deje sentir en las elecciones europeas del 25 de mayo y, sobre todo, en las municipales y forales del próximo año.

En referencia a la disputa de las últimas semanas, el líder del PP dio las gracias a los militantes vascos de su partido «por haber superado las dificultades previas al congreso.

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