Diario de León

Valenciano: «El PP ha perdido la vergüenza y va a perder las elecciones»

Rubalcaba y Valenciano durante el acto que celebró ayer el PSOE en Madrid.

Rubalcaba y Valenciano durante el acto que celebró ayer el PSOE en Madrid.

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paula de las heras | madrid
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Ni una tecla sin tocar. En la dirección del PSOE se respira cierta resignación y algo de esperanza. «Más de lo que hemos hecho -dicen- no podíamos hacer». El primer partido de la oposición puso ayer fin a quince días de una campaña muy personal, muy de tú a tú, de contacto directo con la militancia y de apelación al orgullo de pertenecer a una organización que ha pasado por malos momentos, pero que históricamente ha demostrado que es capaz de hacer cosas grandes. Algo así como el ‘espíritu del Atleti’. Y eso que casi toda la cúpula socialista es ‘madridista’.

Alfredo Pérez Rubalcaba y Elena Valenciano cruzaron ayer sus caminos en Madrid, en un acto en la Casa de Campo a media tarde antes de volver a bifurcar su caminos. Ella, a Sevilla; él, a Alicante. No han sido los del PSOE, en términos generales, actos de gran tamaño porque tampoco el momento se presta, pero apenas han dejado un rincón de España sin cubrir. Siempre con el mismo mensaje: es el momento de decir ‘no’ a Mariano Rajoy para que no se sienta legitimado a dar una nueva vuelta de tuerca a los recortes y sólo el PSOE tiene peso suficiente para hacerlo.

«Las vamos a ganar»

Los socialistas han tenido claro desde el primer momento que en estas elecciones no se trataba de arañar votos a nadie, sino de apelar a los más fieles y convencerles de que merece la pena ir a votar mañana, y arrastrar a familiares y amigos a ello, porque doblar el brazo al PP está al alcance de la mano. «Estamos muy cerca de ganar las elecciones -dijo Valenciano- y las vamos a ganar para quien lo está perdiendo todo».

Mucha apelación a otra Europa y mucha fagocitación del Estado de bienestar, pero tampoco faltó el recurso al que, de manera inesperada, ha sido el elemento agitador de la campaña. Fácil y servido en bandeja por el candidato del PP. «El momento Cañete», lo llamó Rubalcaba. De nada han servido las disculpas. El tropiezo permitió a los socialistas acusar al partido gubernamental de retrógrado y machista, y eso, dicen, entró como un cañón entre las mujeres de izquierda. «Primero perdieron la vergüenza -clamó la candidata- y van a perder las elecciones».

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