Rajoy convoca al PP el jueves para formalizar los cambios en el partido
El presidente también ultima las modificaciones que introducirá en el Gobierno.
Mariano Rajoy visitó ayer el pabellón de España en la Expo de Milán.
Mariano Rajoy no postergará más los «cambios», tanto los del Gobierno como los del PP, y sean los que sean estos últimos el misterio se despejará el jueves en el comité ejecutivo nacional. El presidente ha convocado el encuentro del órgano directivo en el que formalizará las reformas que tiene en mente para tratar de impedir que la sangría de votos termine por desalojarles a él y a su partido del palacio de La Moncloa a finales de año. La constatación de la pérdida de buena parte de los ayuntamientos que administraban los populares, se ha convertido así en la antesala del plan de acción que Rajoy desvelará ante los suyos tras casi un mes de reflexión y digestión de la debacle que sufrió el partido el 24 de mayo.
El objetivo no deja de ser el de preparar a su formación para la batalla final de 2015, las elecciones generales. Para ello, fuentes populares insisten en que el rumbo debe girar. Esperan la llegada de caras nuevas a la cúpula, pero también modificaciones en las «actitudes y políticas» que insuflen aire fresco al proyecto para afrontar el reto de reconquistar la confianza del electorado que se fuga del PP a poco más de cinco meses de los comicios.
Aunque también hay quien dice dentro del partido que hacer cambios en el Gobierno y en el PP a cinco meses de unas elecciones generales surtirá un efecto mínimo.
El presidente, poco dado a revelar sus intenciones, aunque eso conlleve la proliferación de hipótesis y especulaciones dentro del partido, reiteró ayer en una conversación informal en Italia, donde visitaba la Expo de Milán, que se explicará el jueves y admitió que en sus previsiones entra la de hacer público «algún cambio», que, sin embargo, no concretó.
Las modificaciones que pueda introducir en el partido responden, en buena medida, a las presiones internas recibidas tras las últimas elecciones, cuando el propio Rajoy descartó mover fichas. Las críticas al inmovilismo desde las estructuras territoriales golpeadas por el castigo en las urnas, llevaron al presidente a replantearse su postura. En las últimas semanas el jefe del Ejecutivo ha estado escuchando a personas de su confianza y ha contactado con algunos barones como la dirigente aragonesa, Luisa Fernanda Rudi, o el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, con el fin de poder diseñar una hoja de ruta para la recuperación del PP.
Quinielas
Hace meses que la secretaria general, cuestionada por su gestión al frente del partido, está en el punto de mira de los populares. María Dolores de Cospedal ha rehusado comparecer en público como número dos del PP desde que perdió la posibilidad de formar gobierno en Castilla-La Mancha, pero su entorno incide en que su voluntad es la de continuar al frente de sus responsabilidades. La decisión, en cualquier caso, está en manos de Rajoy que, según fuentes populares, podría no sustituirla y optar por reforzar la dirección con nombres de peso político o habilidades comunicativas que devuelvan el protagonismo perdido al PP.
Los perfiles de Pablo Casado, que ha ejercido ya de portavoz de campaña, o Alfonso Alonso, el titular de Sanidad, aparecen en las quinielas. Alonso suena, de hecho, para todo aunque ayer abogaba por continuar en el ministerio mientras reconocía que la formación debería estar en un proceso de «actualización permanente y renovación».
Los cambios en el Ejecutivo seguirán, según fuentes de Moncloa, otro trámite. El secretario de estado de Relaciones con las Cortes, José Luis Ayllón, recordaba que las crisis ministeriales nunca han sido comunicadas desde el partido. Y aunque Rajoy ha querido rebajar las «expectativas», en el Gobierno se baraja que los cambios de nombres puedan darse a conocer mañana para que las nuevas incorporaciones se sienten el viernes alrededor de la mesa del Consejo de Ministros.
Para el presidente lo más importante es que nada alterará la política económica, que no variará un ápice en lo que resta de legislatura. «Todo lo que sea dar marcha atrás es un disparate», advirtió ayer tras alertar de los riesgos de que el PSOE y Podemos se hagan con el Gobierno y acaben con la recuperación iniciada. La crítica a los socialistas se ha exacerbado tras los pactos de gobernabilidad que han apartado al PP de la administración de muchos ayuntamientos.