Rajoy descarta una «crisis» de Gobierno como respuesta al batacazo del 24M

No habrá revolución en los ministerios, ni modificaciones de calado que afecten a La Moncloa en la recta final de la legislatura. O al menos eso es lo que se deriva de las últimas declaraciones de Mariano Rajoy. En el ejercicio casi diario de descifrar sus mensajes, las dudas ayer se centraron «lo que se entiende por crisis» de Gobierno, ese término que descartó de lleno. El presidente, el mismo que el 27 de mayo abría la puerta a cambios «en el partido o en el Ejecutivo», ha terminado por diluir todas las expectativas internas tras la renovación del segundo escalafón del PP.

Los deberes parecen estar cubiertos. Y si se produce algún reemplazo puntual en los departamentos ministeriales, no será porque Rajoy quiera darle un giro a su gabinete para afrontar mejor los comicios generales. «Cuando faltan pocos meses para la convocatoria de elecciones, no va a haber ninguna.lo que se entiende por crisis», bosquejó sin intención de entrar a concretar sus intenciones.

El lenguaje críptico del presidente ha hecho tirar la toalla incluso a los suyos. Un alto cargo del Gobierno confesaba entre risas no saber interpretar al jefe del Ejecutivo. «Yo nunca me acusaré de haber entendido a Mariano Rajoy», bromeaba pidiendo calma y tiempo porque sólo el jefe «sabe lo que quiere hacer». Y si lo sabe, hoy le molestaban las preguntas insistentes. «No voy a decir más de lo que ya les he dicho, porque no tienen ningún sentido. Cuando haya algo, si lo hay, pues lo sabrán», concluía Rajoy en la rueda de prensa tras la cumbre hispano-portuguesa en Bayona, Pontevedra.

Ese «algo», según aquellos que se resisten a abandonar la tesis de los reemplazos de ministros, podría ser la sustitución del responsable de Educación, José Ignacio Wert, si, llegado el caso, cumple su deseo de abandonar la cartera para trasladarse a París y ser incluso premiado con el puesto de embajador ante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde). Y poco más.

Bondades

No en vano, el presidente no renuncia, siempre que tiene ocasión, a proclamar las bondades de un equipo que, tal y como lo ve, ha sacado a España de la crisis. Y si «lo que funciona, no se toca», como repiten en Moncloa, este Gobierno sólo caducará con la legislatura.

«Hemos pasado años duros, pero ahora debemos centrarnos en consolidar la recuperación, en asegurarnos de que no se echa a perder lo conseguido y en plantear proyectos ilusionantes de futuro», proclamaba precisamente ayer Rajoy. De ahí su defensa cerrada de las políticas que el Gobierno ha aplicado esta legislatura. Políticas que a juicio de dirigentes del PP podrían ser suavizadas o reenfocadas sin necesidad de un mayor músculo presupuestario, pero que el presidente no tiene intención de voltear antes de los comicios. En especial, la estrategia económica que, según sus palabras, «empieza a dar resultado».

Ese argumento forma parte del relato con el que el PP tratará de revalidar a finales de año. SPrimera reunión