Ante el reto de mejorar la calidad de los ríos
Las explotaciones mineras abandonadas y los saltos hidroeléctricos, principales amenazas de los afluentes del Sil.
El río Cúa desbordado a su paso por la localidad de Cacabelos.
La comarca hidrológica del Sil cuenta con 285 masas de agua catalogadas como tales por la CHMS. De ellas, en torno al 75% se encuentran en perfectas condiciones. Un porcentaje que se ha ido elevando en los últimos años y que el objetivo final debe ser llegar a contar con cerca del 100% de las aguas de los ríos del Bierzo en ‘perfecto estado de revista’.
Para ello, en los próximos años y, a través del Plan Hidrológico deberá hacerse frente a desafíos como el paulatino abandono de explotaciones mineras, sobre todo en las cabeceras de los ríos Cúa y Tremor, y el peligro de que de esas bocaminas abandonadas puedan llegar a los cauces metales pesados que contaminen las masas de agua. También está por decidir la forma de combinar el aprovechamiento hidroeléctrico con un buen caudal ecológico que garantice la diversidad de fauna acuática de la comarca.
Unos retos para los que se está ultimando la aprobación del nuevo Plan Hidrológico 2015-2021 en el que también se debe conjugar el respeto medioambiental a los márgenes de los ríos y la realidad urbana de las localidades atravesadas por ríos, ya que, según los municipios, las zonas calificadas como inundables, exceden en muchos casos, el propio casco urbano de alguna localidad afectada.