La juez de los ERE considera a su sucesora poco preparada

El ascenso voluntario de Mercedes Alaya no ha acabado por los derroteros que pretendía la juez cuando optó a una plaza en la Audiencia provincial. Y ante la posibilidad de acabar apartada de la causa a la que ha dedicado más de cuatro años junto a unos cuantos «incansables» -como denomina a sus compañeros más cercanos-, ha decidido sacar las uñas y marcar territorio. Lo ha hecho arremetiendo contra la nueva titular del juzgado de instrucción 6 de Sevilla, María Núñez Bolaños, a la que considera poco preparada para asumir una causa de tal magnitud por el poco tiempo que ha tenido para conocerla y, sobre todo, por su «estrecha amistad» con el actual consejero de Justicia de la Junta de Andalucía, parte implicada en el caso.

En un informe remitido directamente al Consejo General del Poder Judicial, quien en última instancia tiene que pronunciarse acerca del reparto de las causas que hasta ahora se instruían en el juzgado que ha focalizado la vida política andaluza en los últimos años, la juez cuestiona la propuesta de reparto del alto tribunal andaluz y arremete contra lo más sagrado de un magistrado, su independencia.

«Se da la circunstancia de que la prensa en general, cuestión que expongo como mero lector sin la menor certeza, pero que a la vez me inquieta, pone de manifiesto que la señora Núñez Bolaños mantiene una estrecha amistad con el consejero andaluz de Justicia, Emilio de Llera, notorio detractor del trabajo de esta instructora», apunta Alaya.

La juez también critica que el refuerzo del juzgado para investigar las macrocausas -una labor que ella desempeñará en comisión de servicio- tiene por objetivo la «agilidad y eficacia» de la instrucción, máximas que deben ser conjugadas con la «seriedad y el rigor» en la tramitación de las causas complejas. Unas circunstancias que, en su opinión, «no se dan en María Ángeles Núñez por su normal desconocimiento en este momento, frente a la experiencia y los resultados que humildemente, pero también de manera innegable, avalan mi trayectoria», subraya en su escrito, desglosado el viernes por el Diario de Sevilla .

En este sentido, Alaya no duda en manifestar su «gran inquietud» por la actuación de Núñez Bolaños, derivada no solo por sus «escasos conocimientos de la jurisdicción penal dada su veteranía como juez de familia», sino también de «datos objetivos» como que pretenda dividir la causa de los cursos de Formación en los hechos realizados por los servicios centrales de Empleo y por otro lado las delegaciones provinciales, «lo que convertiría en irregularidades administrativas lo que pudiera ser una prevaricación o malversación de fondos públicos».

La juez Bolaños quiso quitar hierro ayer a estas palabras, de las que se limitó a decir a los periodistas que «no son las formas más elegantes». Más duro se mostró sin embargo el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, que entiende estas manifestaciones como una muestra de la «falta de voluntad» para cooperar con la nueva situación del juzgado, y ha pedido al Poder Judicial que lo valore aunque ya le haya sido concedida una comisión de servicio para continuar vinculada temporalmente al juzgado 6.