Podemos mantiene sus líneas rojas al PSOE pensando en nuevas elecciones
El líder de Podemos, Pablo Iglesias.
Podemos no sólo no ofrece signos de estar dispuesto ceder un ápice en las exigencias que la noche del domingo planteó como «indispensables» para pactar con el PSOE, sino que parece que las endurece más y más según avanzan los días. Pablo Iglesias confirmó ayer lo que ya deslizó su número dos Íñigo Errejón el martes y esto consiste en el propósito de la formación morada de impulsar un Gobierno progresista sin Pedro Sánchez y presidido en su lugar por un independiente.
En un artículo publicado ayer en el Huffington Post , Iglesias apunta que «si a Pedro Sánchez no le dejan intentar ser presidente, porque quizá no esté siquiera en condiciones de ser el líder de su partido, tal vez sea el momento de que una figura independiente de prestigio asuma dar los pasos necesarios para intentar que en España deje de gobernar el Partido Popular».
El argumento del líder de Podemos insiste en lo que ya dijo en repetidas ocasiones a lo largo de la campaña electoral. Esto es que el secretario general socialista está a merced de lo que digan otras voces del partido como Felipe González o Susana Díaz. Para Iglesias, a día de hoy Sánchez «está más preocupado por afirmarse como candidato a la reelección en su partido que como candidato a la Presidencia del Gobierno».
«Estafa democrática»
Iglesias mantiene en su artículo lo que dijo en la noche electoral. Podemos no permitirá «ni por activa ni por pasiva que el PP, con o sin Rajoy al frente, siga gobernando». Y a continuación añade que supondría «una estafa democrática» que el PSOE apoyase con sus votos la continuidad del líder popular. El secretario general de Podemos concluye con la promesa de que en el escenario de negociaciones que se ha abierto tras el 20 de diciembre su partido actuará con «altura de Estado» y «el compromiso por la justicia social y contra la corrupción».
Tres escenarios.
La nueva exigencia de Podemos de que un Gobierno alternativo al PP no esté encabezado por Sánchez convierte en una quimera el acuerdo con el PSOE.