Diario de León

NUEVA LEGISLATURA

Sánchez apuesta por un acuerdo para formar un Gobierno "moderado"

Excluye al PP y a los independentistas en la primera ronda de contactos que cerrará con Podemos y el PNV

El líder del PSOE y candidato a la Presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez (i), durante la reunión que ha mantenido con los representantes de Compromís, la portavoz y vicepresidenta del Gobierno valenciano, Mónica Oltra (c), y el diputado Joan Baldoví (d)

El líder del PSOE y candidato a la Presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez (i), durante la reunión que ha mantenido con los representantes de Compromís, la portavoz y vicepresidenta del Gobierno valenciano, Mónica Oltra (c), y el diputado Joan Baldoví (d)

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RAMÓN GORRIAGÁN | MADRID
León

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Pedro Sánchez dice que va a buscar por la derecha y la izquierda un acuerdo para gobernar, pero sus primeros pasos apuntan a que prefiere la derecha. Su discurso ante el grupo parlamentario socialista y el equipo negociador que ha designado denotan un mayor interés por el entendimiento con Albert Rivera que con Pablo Iglesias, cuyo comportamiento y gestos de desdén hacia el PSOE han generado un profundo resentimiento antiPodemos en las filas socialistas.

El secretario general del PSOE no ha perdido ni un minuto tras el encargo del Rey, y hoy mismo designó a su equipo negociador, seis dirigentes de su absoluta confianza y sin ningún agente de los barones críticos. Mantuvo asimismo las cuatro primeras reuniones exploratorias con Ana Oramas, de Coalición Canaria; Pedro Quevedo, de Nueva Canarias; Alberto Garzón y Cayo Lara, de Izquierda Unida; y Mónica Oltra y Joan Baldoví, de Compromís. Mañana será el turno del presidente de Ciudadanos, Albert Rivera; el viernes hablará con el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, y el sábado, con el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, y su portavoz en el Congreso, Aitor Esteban.

Son de todos modos tomas de contacto con una exposición de líneas generales para la investidura. Antes de las reuniones, Sánchez esbozó sus intenciones en un encuentro con los diputados y senadores socialistas en el que, después de días de caras largas, la euforia se ha impuesto a la preocupación por la dificultad de la tarea. El líder del PSOE insistió en que la "moderación" tiene que ser la guía para los eventuales acuerdos. Hay que demostrar, dijo, que "en España se puede gobernar desde el diálogo y la moderación para poner en marcha políticas progresistas y reformistas".

Una templanza que varios de los asistentes interpretaron como un guiño hacia Ciudadanos, sobre todo porque a renglón seguido lanzó un reproche a Podemos.

"Cuando veáis desplantes, arrogancia o propuestas inasumibles -instó a sus compañeros- responded con respeto". Eso es justamente lo que aprecian muchos socialistas en las actitudes de Pablo Iglesias, prepotencia y planteamientos descabellados, como el del gobierno de coalición con seis ministros de Podemos y la Vicepresidencia para él.

Pero Sánchez, por si acaso, no quiso cerrarse ninguna puerta y emplazó tanto al partido de Iglesias y como al de Rivera a "dejar atrás los vetos y hablar de lo que nos une que es más que lo que nos separa". Conseguir el acuerdo con ambas formaciones es intentar la cuadratura del círculo, según un veterano diputado, pero el secretario general del PSOE confía en sellar un pacto con uno, a poder ser con Ciudadanos, y comprometer la abstención del otro, que sería Podemos. Es la fórmula preferida por la mayoría de los dirigentes y parlamentarios socialistas, otra cosa es la opinión de la militancia. Investidura, sí o sí También parece ser la apuesta del propio Sánchez aunque se cuida de expresar sus preferencias. El escollo, y no menor, es que Podemos y Ciudadanos se han vetado para cualquier acuerdo. Unas posturas que el entorno del secretario general del PSOE confía en que cambien a medida que avancen las conversaciones, sobre todo porque un fracaso abocaría casi seguro a una repetición de elecciones o en última instancia a una nueva investidura, esta vez con Mariano Rajoy de candidato.

El secretario general de los socialistas, además de exponer las generales de la ley para los acuerdos, dejó claro que ha tomado nota de los avisos de los barones de su partido sobre los riesgos políticos de apoyarse en fuerzas independentistas para llegar al Gobierno y excluyó a Esquerra, Convergència y Bildu de su ronda de contactos. "Allá él", comentó el diputado de Esquerra Gabriel Rufián; el convergente Francesc Homs advirtió que el veto no es "buen camino"; mientras que la parlamentaria de la izquierda abertzale Marian Beitialarrangoitia también lamentó su exclusión. Pero los tres, lejos de despreciar las conversaciones, mostraron su deseo de verse con el candidato.

Lo que nadie explicó en el PSOE es la razón de que Sánchez no haya previsto un encuentro con el PP, después de que el martes mostrara su disposición a hablar con el partido gubernamental pese al seguro rechazo a la investidura. "No está previsto por ahora, quizá más adelante si el PP muestra interés en dialogar", apuntaron fuentes socialistas al tanto del proceso negociador. Los populares pusieron muy en duda que Rajoy se avenga a conversar con Sánchez después de las reiteradas negativas del socialista a verse siquiera con el presidente del Gobierno.

El encargo del Rey y estos primeros pasos de Sánchez han surtido, por otra parte, el efecto de un bálsamo en las turbulentas aguas socialistas. Se han aquietado los ánimos de los barones y los reproches han desaparecido. Susana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía y referente del sector crítico, se ofreció para "ayudar, ser respetuosa y dejar que mis compañeros trabajen porque la situación es difícil y compleja". En el PSOE admiten que conseguir más votos favorables a su líder que en contra va exigir un trabajo negociador muy arduo, además de alguna carambola del destino. El candidato y su equipo no se cansan, sin embargo, de asegurar y cruzar apuestas de que es posible. Tal es su convicción, que Sánchez se presentará a la investidura tenga votos para alcanzarla o no.

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