Diario de León

POLÍTICA

PP y C´s pactan que Pastor sea la próxima presidenta del Congreso

Sólo una alianza de todas las demás fuerzas parlamentarias impediría el nombramiento.

Rajoy felicita a Ana Pastor, tras proponerla para presidir el Congreso de los Diputados. TAREK

Rajoy felicita a Ana Pastor, tras proponerla para presidir el Congreso de los Diputados. TAREK

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R. Gorriarán | Madrid

Una conversación telefónica poco después del mediodía entre Mariano Rajoy y Albert Rivera desbloqueó la negociación para que Ana Pastor sea la próxima presidenta del Congreso. El presidente del Gobierno recurrió una vez más a la colaboradora en que más confía, alguna vez ha dicho que es la persona «más competente y eficaz» que conoce, además de ser amiga personal desde la juventud y con la que comparte vacaciones de matrimonios en Galicia. La ministra de Fomento es, por otra parte, la integrante del Ejecutivo que menos recelos despierta entre la oposición, los socialistas tienen una buena relación con ella y los nacionalistas también tienen un trato correcto sin grandes conflictos.

Solo la conjunción en un muy improbable ‘totum revolutum’ opositor desde el PSOE hasta Bildu podría frustrar la elección de Pastor como presidenta de la Cámara baja para la XII Legislatura. Una posibilidad casi nula porque las diferencias entre PSOE y Podemos, lejos de estrecharse, se agrandan cada día. Su perfil dialogante y negociador parece de entrada el más apropiado para gobernar un Parlamento sin mayorías y en el que el pacto va a ser moneda corriente después de haber brillado por su ausencia entre 2011 y 2015.

Pero hasta llegar a un acuerdo sobre su candidatura, el PP y Ciudadanos sudaron. El diálogo había encallado desde primera hora de ayer por las pretensiones del partido de Albert Rivera sobre su representación en la Mesa de la Cámara baja. Quería dos puestos, uno de ellos, la Vicepresidencia Primera, algo a lo que los populares se resistieron cuanto pudieron porque suponía, a su juicio, dar un excesivo protagonismo a un partido que con los resultados electorales en la mano no tenía derecho a estar siquiera en la Mesa. Pero una nueva charla de las varias que mantuvieron ayer por la mañana Rajoy y Rivera desatascó el asunto.

Posturas

Ciudadanos abordó las negociaciones con la pretensión de reeditar el acuerdo alcanzado en la pasada legislatura con PP y PSOE, y con los mismos nombres, Patxi López de presidente incluido. Pero albergaba la secreta esperanza de que el mutuo bloqueo entre los dos grandes a sus respectivos candidatos podría facilitar que el suyo recibiera el apoyo de populares y socialistas. Una carambola a varias bandas, pero que no se materializó. El PSOE se cerró en banda con la candidatura de Patxi López, y los populares exigieron el cargo para su partido sin poner nombres en la mesa. Pero antes el PP se permitió explorar la posibilidad de dar el paso de apoyar al aspirante que designara Ciudadanos, posiblemente Ignacio Prendes, si obtenía el compromiso de los de Rivera de votar a favor de la investidura de Rajoy. No hubo compromiso y tampoco hubo apoyo para el aspirante naranja. El líder del partido liberal se ha dejado la garganta en negar que existan contrapartidas y que haya adquirido deudas para la investidura de Rajoy en la primera semana de agosto a cambio de su pacto en la Mesa del Congreso. Pero sus palabras fueron acogidas con mucho escepticismo en todos los grupos.

Mientras la negociación entre el PP y Ciudadanos caminaba sobre una montaña rusa, la del PSOE y Podemos eran un carrusel dando vueltas unos a la culpabilización de los otros sin encontrar un punto de encuentro.

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