Diario de León

LEONESAS DE AYER Y HOY. DIONISIA PLAZA SÁNCHEZ

La Golda Meir de la educación especial

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ana gaitero | león

Dionisia Plaza Sánchez (León.1901-Aravaca.1995) tenía un gran parecido físico con Golda Meir, la que fue primera ministra de Israel en 1969, y también se identificaba con ella: «Yo, (como dice Golda Meir), he sido pionera del feminismo porque creo en la igualdad mental del hombre y de la mujer», confesó en 1975 cuando le dieron la Medalla de Oro del Trabajo.

Pero sobre todo creyó en el poder de la educación para todos y todas a través de la atención individualizada y especializada para romper las barreras que marginaban a criaturas con trastornos neurológicos o mentales. Esta leonesa que fue testigo de todos los acontecimientos del siglo XX es un referente de la psicopedagogía y de la educación especial. En un tiempo en que las escuelas no daban cabida a las personas con deficiencias neurológicas o mentales, abrió en Madrid, en 1954, un centro especializado al que bautizó con su nombre.

Dionisia Plaza Sánchez nació en León un año después de iniciarse la centuria por cuyas décadas iban a entrar los soplos de la modernidad y la igualdad de derechos para las mujeres. Pero antes de que llegaran, ella reclamó los suyos. Era una niña cuando le dijo a su padre que «quería estudiar y trabajar», algo poco frecuente en aquella época «para una mujer y para una ciudad como León».

Siempre dijo que este había sido su gran mérito. Fue dicho y hecho. A los 13 años ingresó en la Escuela de Magisterio de la capital leonesa, con un permiso especial por su corta edad, y en dos años completó los cursos que se hacían en cuatro. Nunca presumió de su valía, pero se graduó con matrícula de honor. «Estudié Magisterio porque en León no había otra cosa», afirmó.

Luego fue de las primeras leonesas en obtener el título de enfermera de la Cruz Roja tras superar los dos años de formación, aunque apenas ejerció esta función. «Cuando el desastre de Annual, en 1921, estuve 72 horas ayudando en el hospital que dirigía el difunto Emilio Hurtado», contó a Diario de León en 1975.

Quería marchar de León a estudiar Ciencias Naturales. Pero no la dejaron y se puso a preparar las oposiciones para ser maestra nacional. Con esta misión figura como alumna de la Residencia de Señoritas fundada en 1915 por la Institución Libre de Enseñanza para promover el acceso a la enseñanza universitaria de las mujeres en España, sobre cuya labor se puede ver estos días la exposición Mujeres en vanguardia en la Fundación Sierra Pambley.

Dionisia obtuvo la plaza número 64 en el concurso general y le dieron como destino una escuela del distrito gallego de Forcarey, en la provincia de Pontevedra. Sólo estuvo un curso. En 1930 consiguió volver a Madrid para preparar el ingreso en la Escuela Superior de Ciencias, que era su verdadera vocación y tras cumplir su sueño, no encontró plaza para ejercer y formó parte de aquel ramillete de pioneras que salieron al extranjero gracias a una beca que le concedió en 1934 la Junta de Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas para realizar estudios de psicotecnia en París.

En el Institut d’Arts et Metiers trabajó junto al prestigioso psicólogo Henri Wallon, director del Instituto de Investigaciones Psicobiológicas del Niño, cuyas investigaciones en materia de psicología, educación y filosofía son obras de referencia ampliamente reconocidas por su importancia y validez científica.

Y en el hospital Henri Roussell se empapó de las enseñanzas del médico, psiquiatra y psicólogo Theodore Simon, quien fue co-creador, junto con Binet, de la Escala para medir la Inteligencia. Asimismo, Dionisia realizó un curso de Langage et Phonation, en la Facultad de Medicina de París, dentro del Hospital Lariboisiere.

Se formó al lado de los grandes para sacar adelante a los más vulnerables. Con toda la experiencia acumulada y mientras estudiaba la carrera de Psicología, en 1954 fundó su propia residencia escuela. El centro Dionisia Plaza nació con la vocación de dar «tratamiento a los trastornos que interfieren en el desarrollo infantil para posibilitar la integración mental, social y laboral».

Empezó en una casa de la calle Tambre, en el barrio de El Viso, y al cabo del tiempo se trasladó a Aravaca, a unas instalaciones más amplias en el kilómetro 9,7 de la carretera Madrid-Coruña. Dionisia Plaza destacó por su ilusión, tenacidad y optimismo vital y también realizó una gran labor investigadora en el campo de la psicopedagogía, para poner al alcalce de los profesionales materiales y metodologías para el desempeño de su trabajo.

También fue socia fundadora de la Asociación Española de Logopedia, Foniatría y Audiología y miembro del comité de publicación de la revista científica.

Fruto de esta tarea son los tres libros que publicó: Método escribir y leer, Método de iniciación al cálculo y Escalas de Habilidad Manual. Su lema era que con los niños y las niñas que presentaban deficiencias intelectuales o trastornos mentales «no vale sólo el amor», que lo daba por supuesto. «El profesorado tiene que tener formación especializada», recalcaba.

Su mayor satisfacción la recibía cuando tenía visita de antiguos alumnos y alumnas que habían salido adelante, incluso realizando estudios. La labor de Dionisia Plaza Sánchez es continuada por su hijo y sus nietos. Su legado sigue vivo en las modernas instalaciones del centro de Rehabilitación Dionisia Plaza, Hospital de Día, dedicado al «tratamiento y diagnóstico de niños con muy diferentes patologías».

El centro atraviesa por dificultades en los últimos tiempos y ha denunciado el incumplimiento de contrato por parte de la Consejería de Sanidad de Madrid.

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