Diario de León

Las exigencias de Esquerra complican la lista unitaria a favor del independentismo

Los partidos secesionistas no terminan de cerrar un acuerdo para ir juntos en una lista a las autonómicas del 21-D.

Carod Rovira, el historiador Borja de Riquer, la exdiputada Comas d’Argemir y Antoni Castells. GARCÍA

Carod Rovira, el historiador Borja de Riquer, la exdiputada Comas d’Argemir y Antoni Castells. GARCÍA

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C. Reino | Barcelona

El tiempo apremia, hoy se acaba el plazo para la presentación de coaliciones electorales, y los partidos secesionistas no acaban de cerrar un acuerdo para concurrir juntos en una lista a las elecciones autonómicas del 21-D.

La propuesta de ir unidos la puso sobre la mesa el PDeCAT la semana pasada, pero no acaba de convencer a Esquerra Republicana de Catalunya, que considera que el independentismo sumará más votos si se presentan tres candidaturas distintas cada una por su cuenta. Esquerra quiere además ganar y confirmar en las urnas el peso hegemónico dentro del soberanismo que le conceden las encuestas y que no se visualizaría en una lista unitaria que pudiera liderar el expresidente Carles Puigdemont. Hay que ir «a saco» a por la victoria, afirmaban ayer fuentes de la dirección republicana.

Aun así, todo está abierto hasta el último momento ya que si algo ha caracterizado a la política catalana estos últimos años de proceso soberanista son los cambios de guión imprevistos. Baste con recordar que hace dos semanas parecía que Puigdemont convocaría elecciones y al final hubo proclamación de la república independiente.

En este contexto, Esquerra reunió ayer a su ejecutiva e insistió en la idea que el sábado puso sobre la mesa su consejo nacional. Sin descartar ningún escenario, ni siquiera el acuerdo de «máximos», la formación de Junqueras solo entrará en una lista conjunta si todos los partidos secesionistas, además del sector de Podemos que puede llevarse Albano Dante Fachín, deciden concurrir juntos. Esquerra rechaza una lista solo con el PDeCAT, junto con otros grupos minoritarios e independientes, pero dejando fuera a la CUP, en lo que sería una nueva versión de Junts pel Sí, pues teme que una parte de su voto pudiera escaparse hacia la formación anticapitalista, como cree que ocurrió en las elecciones del 27 de septiembre de 2015.

Más presión

Por ello, los republicanos redoblaron su presión sobre los anticapitalistas, sobre los depositaron toda la responsabilidad de que fructifique o no la lista unitaria. Conscientes además de que hay sectores en la CUP, como la corriente Poble Lliure, que es la más nacionalista, que son partidarios de la lista única para tratar de consolidar la independencia declarada el 27 de octubre en el Parlament. Mientas Esquerra presionaba a la CUP, el PDeCAT hacía lo propio con Esquerra. Una estrategia a tres bandas que busca cargar en el adversario las culpas de que no pueda ser posible el entendimiento en un momento en el que todos coinciden que es de emergencia nacional, pero que no lo deben de considerar tanto si no son capaces de ponerse de acuerdo.

La CUP difícilmente confirmará en las proximas horas si está dispuesta a unir sus fuerzas al PDeCAT y ERC (lo decidirá fuera de plazo el fin de semana), por lo que la lista unitaria se complica y se aleja cada vez más de la contienda del 21-D. El independentismo desperdiciaría de esta forma una oportunidad de oro para convertir los comicios en plebiscitarios a favor de la república catalana y contra la aplicación del artículo 155 de la Constitución.

«Buscaremos la mejor solución para el país y, tanto si hay un bloque único como si hay tres, estaremos coordinados y con objetivos compartidos, lo que nos permitirá defender cada uno de nuestros respectivos espacios políticos y también atraer ‘espacios bisagra’», afirmó ayer el portavoz de Esquerra, Sergi Sabrià.

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