Centros escolares recurren al cartero y a Whatsapp debido a la brecha digital

El cartero y la aplicación de Whatsapp están salvando la brecha digital y la saturación que estos días registra el portal de educacyl en más de un centro escolar del Bierzo. La falta de suficientes terminales en casa en unos día en los que el teletrabajo obliga a compartir ordenadores a padres y a hijos, o en otros casos de unos mínimos conocimientos tecnológicos para manejar las herramientas —«muchos alumnos son nativos digitales, pero les sacas del móvil y no saben manejar un PC, convertir un documento en PDF o entrar en el portal de educacyl», explican en el Instituto de Enseñanza Secundaria de Fuentesnuevas— dificultan la enseñanza a distancia durante el confinamiento.

El caso más llamativo es precisamente el del Instituto de Fuentesnuevas, con 963 alumnos. Allí detectaron en los primeros días tras el cierre de las aulas que tres alumnos no habían respondido al correo electrónico de sus profesores. Sin equipos, ni internet en casa, los docentes optaron por volver al siglo XX y recurrir al cartero para enviarles los deberes por correo postal. Después, y para agilizar el contacto y evitar que un funcionario de Correos tenga que ir cada poco a los domicilios, la solución ha sido la aplicación de Whatsapp. Los estudiantes fotografían ahora sus trabajos manuscritos y se los envían a sus profesores.

El uso de Whatsapp se está generalizando en otros centros como el colegio público Peñalba de Ponferrada, donde la comunidad educativa ha recurrido a los populares pantallazos y también a las fotografías para agilizar el reparto de tareas entre sus alumnos, en vista de las dificultades para acceder a educacyl. Y no solo por falta de medios y de conocimientos mínimos entre los alumnos, sobre todo porque, alertan los usuarios, el portal se satura y es complicado entrar en la herramienta para usar el aula virtual de la Junta de Castilla y León. La comunidad educativa ha recurrido, como en otros centros, a usar sus móviles y equipos en casa para mantener latente la actividad educativa, pero al igual que en otros centros se muestra crítica con la falta de medios desde la administración para desarrollar la enseñanza digital. «Hemos empezado la casa por la ventana», resumían ayer fuentes de la comunidad escolar, donde el convencimiento es que la experiencia del coronavirus ha puesto en evidencia que en los centros de enseñanza se ha iniciado «un falso teletrabajo» porque el sistema no estaba preparado.

En el colegio Peñalba, el móvil, generalizado también entre los alumnos a partir de los ocho años en que los escolares suelen recibirlo como regalo de la Primera Comunión, está salvando los muebles en muchos casos. El centro ya había creado grupos de difusión de tareas en la aplicación Whatsapp —que no de conversación— por cada aula que ahora han sido muy útiles para garantizar el contacto rápido con todos los alumnos. No todo el mundo tiene ordenador personal, o tablet en casa. Pero todo el mundo si cuenta con un teléfono móvil. Y lo que hasta hace unas semanas se veía como un error —un niño con un móvil, con todo el riesgo que implica a la hora de acceder a contenidos peligrosos en internet— ahora está sirviendo para solventar problemas de conexión.

En el instituto de Fuentesnuevas han encontrado la forma de saltarse también ese bloqueo que se produce cuando los usuarios de las aulas virtuales se conectan de forma masiva durante las mañanas. «Al principio también tuvimos problemas para acceder al aula virtual, epro ahora hemos sorteado el atasco con un enlace directo en nuestra web», explican en el centro.