El FMI prevé una caída económica en España similar a la Guerra Civil

La directora gerente Kristalina Georgieva lo adelantaba la semana pasada: el coronavirus supondrá la peor situación económica mundial desde la Gran Depresión de 1929, y no exageraba. Las cifras publicadas este martes por el FMI indican que la recesión será mucho más profunda de lo previsto, aunque se estima una recuperación bastante pronunciada en 2021 en la mayoría de los países analizados.

España será uno de los más afectados. La economía caerá a niveles de la Guerra Civil, con un hundimiento del PIB del -8%, lo que deja la recesión de 2009 en poca cosa (-3,7%). Las previsiones sobre nuestro país son peores que las publicadas por organismos nacionales la semana pasada, y todo a pesar de que la estimación del Fondo en enero era que España creciera un 1,6% este año, unas décimas por encima de sus socios del euro. Pero «el mundo ha cambiado en solo dos meses», explicó la economista jefe del organismo, Gita Gopinath, en rueda de prensa telemática. El efecto rebote cuando la demanda se recupere en 2021 supondrá un avance del PIB del 4,3%, aunque todo depende de cuánto se tarde en contener el virus.

La crisis tiene como consecuencia directa el despido temporal o definitivo de miles de trabajadores. Según los cálculos del FMI será algo inevitable en todos los países, pero en algunos será más dramático que en otros, como en España. La tasa de desempleo, que cerró 2019 en el 14,1%, se elevará hasta el 20,8% este año, la más alta desde el año 2015, lo que supone unos 5 millones de personas en paro. Así, España será el país con el desempleo más elevado de la eurozona, solo por detrás de Grecia (22,3%) y duplicará la media de la zona euro, que se quedará en el 10,4%. En 2021 la situación mejorará, pero a un ritmo bastante lento. Según las previsiones del FMI, España cerrará el año que viene con una tasa de desempleo en el 17,5%, cuando las proyecciones anteriores a la crisis del coronavirus situaba el porcentaje en el 13%.

El informe hace mención a la respuesta fiscal en nuestro país, que considera ha sido «rápida y considerable».