Empresarios y sindicatos se oponen a que la reactivación del turismo dure hasta diciembre

La hibernación del turismo y el ocio hasta diciembre, como ha deslizado la ministra de Trabajo Yolanda Díaz, que plantea una desescalada en dos fases, dejaría moribundo a uno de los sectores más pujantes de la provincia. Hosteleros, patronal y sindicatos rechazan un calendario de salida tan a largo plazo y exigen al Gobierno que impulse todas las medidas necesarias para reactivar estos negocios sin poner en riesgo a la población.

En el mejor de los escenarios, temen que «hasta mediados de julio o principios de agosto» no reabran los primeros establecimientos. Y cuando eso pase, «lo harán de una manera escalonada y con restricciones», asume Martín Méndez, presidente de la Asociación de Hostelería y Turismo de León, consciente de que si retrasan la apertura hasta final de año y pierden la temporada de verano será «la ruina total».

De momento, las cuentas saltan en rojo y avisa de que esta crisis se llevará por delante la mitad de los empleos directos a corto plazo. «En la provincia hay más de cuatro mil empresas y cerca de 13.000 trabajadores. Esto se lleva por delante bien a gusto al cincuenta por ciento. Seis mil personas caen», avisa. «Imagínate lo que supondría si seguimos así hasta 2021», subraya Martín, que soporta como puede la carga de los gastos agarrado a los créditos ICO, como tantos otros autónomos, aunque no cree que sea la solución.

«Estamos generando deudas para no cerrar. Cuando abramos, todo lo que facturemos será para pagar», apunta. Reconoce también que no tiene una receta mágica, pero pide más concreción en los planes económicos, flexibilidad en los Ertes y ayudas directas, «no moratorias o aplazamientos», añade.

Tampoco comparte el presidente de la Cámara de Comercio, Javier Vega, los planes del Ejecutivo central si finalmente cristallizan, aunque quiso ser cauto porque «hasta que no se publique en el BOE» no tiene validez.

De todas formas, reclamó el «apoyo» de las administraciones al ocio y a la hostelería, que van a estar, como el comercio, «dañados de muerte». Considera que si no se ayuda a los empresarios que viven del turismo, León puede convertirse en un «absoluto desierto».

En este sentido, recordó que la actividad ligada a estos sectores ya estaba tocada antes del estado de alarma, por lo que ve necesario «una discriminación positiva» para un colectivo que tiene un peso importante en el PIB. «Hay que protegerlo, sin duda. En general son pequeñas empresas y autónomos que necesitan ayudas directas y la supresión de pagos para que puedan seguir vivas porque si cierran es muy difícil que vuelvan atrás», advierte.

Mira al Gobierno y a la Junta, de donde deben salir los fondos que amortigüen el golpe, pero también a los ciudadanos, a los que pide un consumo responsable cuando esto acabe. «Entre todos tenemos que echarles una mano porque no veo otra forma de salir adelante», apunta Javier Vega, que insiste en la necesidad de «minimizar todos los gastos» para evitar que desaparezcan bares, restaurantes o comercios.

Una opinión similar vierte sobre este asunto el presidente de la Federación Leonesa de Empresarios, Javier Cepedano, al que el planteamiento de la ministra le parece «una barbaridad». Asegura que «no se puede paralizar durante tanto tiempo el turismo porque no puede soportarlo» y solicita a las autoridades públicas que «articulen mecanismos que garanticen las medidas de higiene» al mismo tiempo que se reactiva la economía.

«Lo primero es resolver el problema sanitario, eso lo tenemos claro todos, pero habrá que ir saliendo de esta situación y seguramente se hará antes en los sectores donde haya menos riesgo de contagio», explica Cepedano, quien cree que existen medidas para evitar que la segunda fase de la reactivación económica se alargue hasta diciembre.

«En la reunión del diálogo social estuvimos hablando con los sindicatos y el Ayuntaminto de la restauración. Habrá que articular medidas para evitar los cierres. Se pueden ampliar, por ejemplo, las zonas de las terraza porque en el interior habrá algunas limitaciones», propone.

Mientras, el secretario provincial de CC OO, Xosepe Vega, alertó del impacto que tendrá en la economía de la provincia. Solicita igualmente que se pongan en marcha iniciativas de apoyo por tratarse de un sector «con daños y efectos directos». Planeta también medidas estructurales, como ampliar el espacio de las zonas de terrazas y permitir así más capacidad de oferta. «La hostelería es un ejemplo de que algunos territorios van a salir peor de la crisis, que no es igual para todos», denunció.

En la misma línea se pronunció su homólogo en la UGT, Enrique Reguero, que respalda una «discriminación positiva», además de la ampliación de los espacios exteriores y la contención en el cobro de los impuestos y tasas municipales «con el fin de favorecer al máximo la subsistencia del sector después de la crisis».

Por su parte, el presidente del CEL, Julio Álvarez, lamenta que desde las instituciones «añadan incertidumbre» con este tipo de declaraciones cuando «la situación es ya de por sí complicada».

Advierte un escenario poco optimista y reveló que ha pedido ya al Ayuntamiento medidas de carácter fiscal que absorban una parte del impacto. «Deben eliminar el pago de tasas mientras estén cerrados los locales, de agua, de basura, de IBI; además de posibilitar otra normativa en terrazas, para ampliar el espacio de los locales, incrementando la oferta a través de terrazas, de más veladores, para poder aumentar la seguridad y la confianza de los clientes».

Solicitó también más flexibilidad con los Ertes, al que se han acogido ya la mayoría de las empresas del sector con trabajadores a su cargo.