Diario de León

Otra mirada

«Hay que descentralizar, no todo puede ser Madrid y Barcelona»

La veterinaria y escritora María Sánchez pide «no romantizar el campo» y repensar el modelo de ciudades tras la pandemia

María Sánchez en una visita reciente a León. JESÚS F. SALVADORES

María Sánchez en una visita reciente a León. JESÚS F. SALVADORES

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Lourdes Velasco | Madrid
León

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La veterinaria María Sánchez, que en su libro Tierra de mujeres reflexiona sobre el mundo rural, pide que el confinamiento no nos haga romantizar ‘el campo’ sino repensar el modelo de ciudades y pueblos que queremos, y trabajar por que vivir del sector primario no sea un sueño imposible.

«Esta pandemia está llevando a mucha gente de las ciudades a idealizar los pueblos, cuando hay varios problemas que están detrás de la despoblación. La falta de servicios básicos, el acceso a la vivienda, la incomunicación...», se queja en una entrevista con Efe.

María Sánchez trabaja día a día con ganaderos y conoce de primera mano los problemas del medio rural, donde le gustaría -dice- montar su proyecto de vida, aunque por el momento se ha topado con más dificultades que las que a simple vista parecería a quienes tienden a idealizar el campo.

Contraste
«En Francia con 30 vacas se puede montar una lechería y vivir de ello; en España se parten de risa»

Admite, pese a ello, que se siente afortunada porque la pandemia del Covid-19 la haya dejado atrapada en una aldea de Galicia y no en una ciudad como Madrid, donde «vive más gente de la que cabe», dice en referencia a las imágenes de sus calles llenas de paseantes.

«Nos debemos plantear qué modelo de vida queremos y qué lugares debemos habitar. Después de esto hay que descentralizar, que no todo sea Madrid o Barcelona», explica, y sí ve en el teletrabajo una oportunidad para reactivar núcleos de población medianos.

Pero María Sánchez avisa de que en los pueblos hay que potenciar el sector primario. «Yo no quiero un pueblo lleno de casas rurales, yo quiero un pueblo que potencia la ganadería, donde viven pequeños productores, agricultores, y que pueden vivir», reivindica. Aclara acto seguido que no pretende que todos los pueblos sean de pastores y ganaderos, pero sí que se ayude y facilite a quien quiera dedicarse a ello, en lugar de favorecer «una propiedad con 20.000 vacas» donde trabajan principalmente «inmigrantes con condiciones laborales desastrosas».

No es una elección
«Quien paga 700 euros al mes por una habitación en Madrid lo hace porque tiene allí su trabajo»

«En Francia, una persona con 30 vacas puede montar una quesería y vivir de ello. En España cuentas que eso sucede y se parten de risa una semana», se queja. María Sánchez sostiene que un momento de parón como el actual puede llevarnos a reflexionar sobre la soberanía alimentaria y la necesidad de unos cuidados ampliamente entendidos, también en cómo es la comida que ingerimos.

«Lo de los menús infantiles de la Comunidad de Madrid ha sido para mi un atentado contra la salud pública. Niños comiendo mal cuando hay en Madrid un montón de ganaderos que producen comida de proximidad es una barbaridad», se queja. Y llama la atención sobre que en este confinamiento se le ha dado valor a cosas sencillas que hay en el mundo rural a las que no se prestaba atención antes. «¿Ha tenido que venir un virus para que te preocupes por cómo se llama el vecino de enfrente?», pregunta a quienes viven en las ciudades. Los mayores no la creen cuando les cuenta que conoce jóvenes que querrían mudarse a un pueblo o quedarse en el suyo. «Una persona que paga 700 euros al mes por una habitación en el centro de Madrid dudo que lo haga porque quiera, sino porque es allí donde tiene trabajo», dice.

«Pero no es fácil acceder a las casas, si tienes un hijo pides que haya un colegio cerca o un autobús que lo lleve, que haya un ambulatorio cerca, buenas conexiones con tu comarca», reivindica esta veterinaria que pide a las administraciones tomar nota.

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