El fiscal y la familia de Buesa piden al tribunal rigor con los asesinos

La Fiscalía de la Audiencia Nacional y el abogado de la familia de Fernando Buesa pidieron ayer al tribunal que juzga a los etarras Asier Carrera y Luis Mariñelarena, presuntos asesinos del ex portavoz del PSE muerto el 22 de febrero de 2000 junto a su escolta en Vitoria por la explosión de un coche bomba, que les aplique el máximo rigor en su sentencia. Ambas partes, que solicitan una pena de 104 años de cárcel para cada uno de los acusados, consideran que «todo el peso de la ley debe caer implacablemente sobre ambos», quienes volvieron a protagonizar un nuevo incidente que obligó a los magistrados a expulsarles por segunda vez de la Sala. Antes de que el proceso quedara visto para sentencia, el representante del Ministerio Público, Enrique Molina, defendió que las pruebas expuestas durante la vista oral, testimonios de varias personas e informes periciales elaborados por la Ertzaintza, eran suficientes para romper la presunción de inocencia de los dos procesados, quienes no negaron en ningún momento los hechos delictivos que se les atribuyen. Frente a su exposición detallada, la letrada de la defensa renunció a presentar su alegato por expreso deseo de sus clientes, si bien pidió de forma escueta su libre absolución. La intervención más emotiva la protagonizó, sin duda, el letrado de la familia Buesa, quien calificó el atentado mortal contra el parlamentario vasco y el ertzaina Jorge Díez (encargado de su protección personal) como una verdadera «ejecución». También dijo «estremecerse» ante la «escalofriante poca capacidad crítica» mostrada por los dos etarras acusados, quienes en la víspera declararon durante el juicio que el ex dirigente del Partido Socialista de Euskadi no era objetivo de la banda terrorista por su militancia política, sino «como responsable directo del conflicto que se vive en Euskal Herria». «Burla» a las víctimas Por su parte, Nati Rodríguez, viuda de Fernando Buesa, afirmó que las manifestaciones realizadas en la Audiencia Nacional por los presuntos asesinos de su marido, quienes ayer intentaron aprovechar su último turno de palabra para quejarse por supuestos malos tratos a presos etarras, «son una auténtica burla para las víctimas». En declaraciones a la cadena SER, reconoció que no ha acudido al juicio porque «no me aporta nada nuevo».