Sólo el rechazo a la ocupación de Marruecos consigue que se aúnen posiciones en el hemiciclo

La moción sobre isla Perejil fue avalada por todos los grupos, aunque por parte del mixto, Joan Puigcercós, de ERC, y Begoña Lasagabaster, de EA, no suscribieron el texto, que contó con cuatro abstenciones en la votación en el pleno. La iniciativa expresa su rechazo a la política de hechos consumados de Marruecos y respalda al Gobierno en orden a restaurar la legalidad internacional y el restablecimiento del statu quo anterior a los hechos. Con una inhabitual unanimidad, el Congreso arropó sin fisuras al Gobierno en el litigio con Marruecos por el islote Perejil. Todos los grupos de la Cámara votaron a favor de una resolución que expresa el rechazo «a la política de hechos consumados» puesta en marcha por las autoridades marroquíes con la ocupación del islote situado a diez kilómetros de Ceuta. El Congreso manifestó, además, su «apoyo» al Ejecutivo de José María Aznar en sus gestiones políticas y diplomáticas para «restaurar la legalidad internacional». Los diputados compartieron con el Gobierno que la salida al conflicto pasa por «el restablecimiento del statu quo anterior a los hechos», es decir, mantener la roca sin ocupación militar por ninguna de las partes. La resolución fue firmada y votada por el PP, PSOE, CiU, IU, PNV, Coalición Canaria, Bloque Nacionalista Galego, Chunta Aragonesista y Partido Andalucista. Sólo se desmarcó Esquerra Republicana de Catalunya, formación que instó al Gobierno a «descolonizar el norte de África» y salir de Ceuta, Melilla, islas Chafarinas y los peñones de Alhucemas y Vélez de la Gomera. El PNV, en un principio, mostró cierta reticencia a secundar la iniciativa, pero al final se sumó al consenso. El portavoz parlamentario de los nacionalistas, Iñaki Anasagasti, señaló que el asunto que debería concitar el interés del Parlamento era el Sahara y no «el escarceo» de Perejil. «Más que España y Marruecos, me preocupa el Sahara», apuntó. El dirigente nacionalista se mostró convencido de que la ex colonia esapñola acabará por «pagar el pato» de la controversia sobre el islote. De hecho, los nacionalistas presentaron una propuesta de resolución, que fue rechazada, en la que se proponía que el Congreso instara al Gobierno a exigir a Marruecos y Sahara «avanzar en el proceso de paz» y que fijen «un calendario de trabajo que conduzca a una intervención activa de Naciones Unidas para formalizar una solución acordada entre las partes», pero que «garantice un profundo respeto al pueblo saharaui».