El Ejecutivo notifica al Congreso que ha cumplido la petición de proscripción
El ministro de Justicia entregó a la presidenta del Congreso la demanda del Gobierno ante el Tribunal Supremo para ilegalizar Batasuna. José María Michavila proporcionó a Luisa Fernanda Rudi el documento con el que el Ejecutivo cumplió la resolución de la Cámara y que ahora se entregará a todos los grupos parlamentarios. El escrito de los abogados del Estado consta de 124 páginas y 26 carpetas con información adicional. En una primera parte, relata «los hechos» que, a juicio del Gobierno, ameritan que los jueces ordenen la ilegalización. La demanda recoge las 60 ocasiones en que Batasuna, según los servicios jurídicos de Justicia, ha vulnerado la ley de partidos desde su entrada en vigor en junio pasado. Detalla, además, en breves historiales los 194 integrantes de Batasuna que a lo largo de la historia de la formación han sido condenados o imputados por delitos de terrorismo. Esta recopilación pretende acreditar que existe una trayectoria de interconexión entre ETA y Batasuna. Concluye este apartado con la enumeración de los fundamentos de derecho en que se basa la demanda. En la segunda parte, se describen en qué puntos de la ley de partidos se encuadran las presuntas vulneraciones de la formación radical, en su gran mayoría en el artículo 9.3. El ministro de Justicia subrayó la celeridad con la que el Gobierno cumplió con la resolución del Congreso, en nueve días, porque «la lucha contra el terrorismo no puede esperar» ni «la lucha por la libertad admite dilaciones» cuando se trata de «estrechar el cerco» a ETA y Batasuna. Michavila señaló que el Gobierno, con su solicitud al Supremo, ha atendido a «una demanda de la democracia a favor de la libertad» y la ha fundamentado en diez argumentos de derecho. Entre ellos, la ley de partidos no prohibe ideas, prohibe hechos reiterados y graves de apoyo al terrorismo; la demanda cumple con las garantías del Tribunal Europeo de Derechos Humanos; Batasuna nació con el propósito de ser instrumento de ETA en las instituciones democráticas; Herri Batasuna, después Euskal Herritarrok, y ahora Batasuna constituyen el mismo partido con iguales fines, sedes, cuadros y financiación.