Fernández Vara pone a PP y Vox el reloj electoral en marcha en Extremadura
La presidenta de la Asamblea regional convoca para el 5 y 6 de julio un pleno de investidura fallida

Los portavoces de Vox y PP en el Parlament balear, Idoia Ribas y Sebastià Sagregras, firman el pacto. VOX
En Extremadura, donde la candidata del PP María Guardiola ha rebajado considerablemente el tono de sus declaraciones contra Vox, como le pidió Génova para «pinchar la burbuja» de cara al 23-J, las dos formaciones tratan de encauzar su relación mientras el contador para la formación de Gobierno se ha puesto en marcha. La presidenta de la Asamblea regional, la socialista Blanca Martín, ha convocado para el 5 y 6 de julio la investidura de Guillermo Fernández Vara, que, salvo sorpresa —la mayoría absoluta de la Cámara la suman PP y Vox—, resultará fallida. Un debate que se alargará hasta el sábado 8 de julio cuando tendrá lugar la votación definitiva coincidiendo con el inicio de la campaña electoral.
Martín rechaza así el intento de Guardiola de ganar tiempo para alejar esa fecha todo lo posible de la contienda para evitar dañar a Alberto Núñez Feijóo, mientras restablece los puentes con la formación ultraderechista. «Tengo que ajustarme a la ley. Hay un candidato a la investidura y, por lo tanto, no tengo que hacer más interpretaciones», justificó ayer la presidente de la Cámara.
Aún así, los conservadores, que lanzaron ayer duras críticas, juegan con el tiempo a su favor. Tras la investidura fallida de Fernández Vara se abre el plazo de dos meses para elegir a otro presidente o, de lo contrario, se disolvería el Parlamento y se convocarían nuevas elecciones para mediados de noviembre. Ocho semanas que dan margen a Guardiola para intentar alcanzar una alianza con Vox para después del 23-J aunque, por el momento, las posiciones siguen inamovibles.
Los de Abascal exigen entrar en el Ejecutivo y la líder extremeña rechaza esta petición. Lo mismo que el murciano Fernando López Miras, que se mantiene firme en no incluir a la extrema derecha en el futuro Gobierno a cambio de lograr su abstención en el debate de investidura, que se celebrará en las próximas semanas después de haber aceptado presentarse como candidato.