Sánchez y Nadia Calviño alientan el suelo del pleno empleo en 2027
Fue una promesa de José Luis Rodríguez Zapatero en julio de 2007, hace ya 16 años: «España alcanzará el pleno empleo en la próxima legislatura». No se refería a una tasa de paro del 0% sino del 8% de paro estructural. Igual que este miércoles Pedro Sánchez y su vicepresidenta económica, Nadia Calviño. La crisis financiera dio al traste con el sueño que ahora vuelve a alentar otro presidente del Gobierno socialista como reclamo para las generales del próximo día 23. No es que no se llegara a ese anhelado 8%, es que la tasa de desempleo cuando en septiembre de 2011 se disolvieron las Cortes se había disparado al 22,1%. El jefe del Ejecutivo entiende que, a diferencia de lo que era habitual, a estos comicios su partido puede ir con la cabeza alta por la gestión económica.
El hecho de que España sea la economía de la UE que más crece (a un ritmo del 4,2%, cuatro veces más que la media), de que haya logrado recuperar en tres años el PIB prepandemia, aunque haya sido el último país de la eurozona en hacerlo, y de que haya alcanzado por primera vez en su historia los 20,8 millones de afiliados a la Seguridad Social es para el presidente la prueba de que el «tópico» de que «la izquierda lo que hace es gestionar mejor la política social y cuando hay que hablar de cómo cuadrar las cuentas, déficit, deuda y creación de empleo, hay que llamar a la derecha» ha sido superado. Este miércoles en una de esas entrevistas de campaña que realiza a sus ministros para ir lanzando píldoras del programa electoral, Sánchez volvió a ensalzar la figura de la principal responsable de que, en su propias palabras, España vaya «como una moto»: Calviño, la socialista sin carnet que demuestra, dijo, que «el PSOE es una organización grande que integra muchas perspectivas pero que tiene una capacidad tanto técnica como humana de resolver los desafíos con perspectiva progresista». El jefe de la Ejecutivo ya ha dejado claro que Calviño repetirá como su número dos. Un modo de intentar, al menos, frenar la fuga al PP del voto moderado.