Diario de León

Dirigentes y simpatizantes del PSOE se concentran en Ferraz para pedir a Sánchez que se quede

Los dirigentes, aún temerosos del adiós del presidente, se entregan a la emoción de miles de militantes en la sede del partido Ministros y presidentes autonómicos arropan al presidente desde su sede nacional

Miles de personas se concentran ante la sede del PSOE en Ferraz ante el anuncio de Sánchez. FERNANDO ALVARADO

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Agencias
Madrid

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Si la súplica servirá o no a su objetivo, que Pedro Sánchez anuncie el lunes su continuidad al frente del Gobierno, es aún incierto. Pero el PSOE no habrá podido hacer más para intentar evitar que, de la noche a la mañana, se abra una crisis institucional y orgánica imprevista. El comité federal del partido, en origen convocado para aprobar las listas a los comicios europeos, se convirtió este sábado en una abrumadora demostración de apoyo, pero también de presión, al jefe del Ejecutivo, recluido en su residencia desde que el miércoles anunció que iba a tomarse un tiempo de reflexión hasta este lunes para decidir sobre su dimisión.

«Pedro, quédate», pidió su número dos, María Jesús Montero. «No puedes entregar al PP lo que persigue, la cabeza del secretario general del PSOE, y con ello —añadió el ministro de Transportes, Óscar Puente— la justicia de este país».

Lo habitual es que la reunión del máximo órgano de la formación, al margen de los congresos, se celebre siempre a puerta cerrada y que lo único que se emita en público sea la intervención inicial del líder.

Esta vez, las alocuciones pudieron seguirse no ya a través de los canales internos sino también desde las pantallas y altavoces instalados en la calle, para ser vistos por los miles de militantes —en torno a 12.500, según delegación del Gobierno— congregados a las puertas de Ferraz, buena parte de ellos llegados en autobuses de distintos lugares de España. De lo que se trataba era de crear un clima emocional sin precedentes, en el que no faltaron las lágrimas, y que Puente resumió bien.

«La militancia que está ahí fuera, la que llevó a Pedro Sánchez a la secretaría general —dijo evocando otro episodios clave en la trayectoria de su líder— es la que tiene que ser el alma del PSOE y la que tiene que empujarlo a tomar la decisión correcta, que es seguir». La diferencia entre 2017 y este momento es que entonces el partido estaba sumido en una guerra civil que dejó heridas profundas. Aquello fue un ‘Sánchez contra los poderes fácticos’ del socialismo.

un ‘todos somos Sánchez’

Incluso el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, el más distanciado de la dirección federal y muy crítico con los pactos con el independentismo y con la amnistía a los encausados del ‘procés’, tomó la palabra para dejar claro que, en esto, sí está con el jefe del Ejecutivo. No puso ni un pero a la decisión de Sánchez de «parar» para decidir si le «merece la pena» seguir aguantando lo que califica como una operación de «acoso y derribo» de la derecha y la ultraderecha que afecta ya a su familia. Fue la resolución de un juez de abrir hace unos días diligencias previas en torno a Begoña Gómez, esposa de Sánchez, a raíz de una una denuncia por supuesto tráfico de influencias interpuesta por el pseudosindicato Manos Limpias’, lo que detonó la reacción del presidente que tiene a todos en vilo. «Pero no es por una querella falsa por lo que estamos aquí, porque eso no puede tumbar a un socialista. Estamos aquí porque nuestro presidente del Gobierno ha mostrado dolor. Y a este partido, quede claro, no le van a quitar la moral, y menos los que no tienen ninguna», reivindicó Page.

«No pasarán»

La suya fue la novena intervención de dos decenas previstas. Pero no hubo más. Hacia el mediodía, las bases ya abarrotaban los alrededores de la sede socialista y el secretario de Organización, Santos Cerdán, tomó la palabra para pedir a los asistentes que lo dejaran todo y salieran a abrazarse con su gente. El tono general de los discursos previos, mientras fuera se entonaban gritos de «el pueblo unido no será vencido» o «no pasarán», había sido muy similar al de los mensajes de los últimos días. En el PSOE insiste en que, al margen del dilema «personal» del presidente, urge hacer una reflexión sobre hacia dónde está dirigiendo a la democracia la derecha «cómplice» de la ultraderecha.

Es el marco que el propio Sánchez creó el miércoles con la carta con la que sorprendió al mundo en su cuenta de la red social X. Y suscribiéndose a él, una dirigencia genuinamente temerosa ante la posibilidad de que el lunes se abra el suelo ante sus pies —Montero; Salvador Illa, Teresa Ribera, Adrián Barbón, María Chivite...— se mostró fundamentalmente empática con él. Pero tampoco faltaron sacudidas a su conciencia.

Las más impactantes, la del líder del PSE, Eneko Andueza, y la de Puente. El líder de los socialistas vascos le pidió que pensara en todos los socialistas que en el pasado defendieron sus ideas con sus vidas, incluidos los que, como él, tuvieron que mirar durante años bajo los coches con temor a encontrar una bomba de ETA o salían de casa sin saber si sería la última vez que vieran a sus familiares. El ministro de Transportes apeló también a la memoria de su abuelo Antonio, que sufrió «tres años a paliza diaria, recibiendo manguerazos en el patio de la fría cárcel de Valladolid» durante la guerra.

«Cuando pienso en mi sufrimiento, pienso en él y me digo: ‘Seguro que el tuyo es más liviano que el suyo’. Y sé que piensas lo mismo, Pedro — interpeló—, por eso no puedes rendirte». En la dirección del PSOE aseguran que siguen en la máxima incertidumbre. Los ministros despachan asuntos del día a día con Óscar López, el jefe de Gabinete del presidente, pero nadie ha hablado directamente con él. Algunos en la ejecutiva rumian que el silencio en el que se ha enclaustrado su jefe de filas no constituye el mejor presagio. Pero no pierden la esperanza. «Crucemos los dedos», resumía tras el ejercicio de exaltación colectiva la vicepresidenta Montero.

La incertidumbre sobre la decisión que anunciará el lunes el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sobre su futuro ha añadido un elemento más de discordia a la batalla electoral que libran Salvador Illa, Pere Aragonès y Carles Puigdemont para las elecciones catalanas del 12 de mayo.

En prácticamente todos los actos de los candidatos catalanes celebrados este sábado ha sobrevolado la incógnita sobre lo que hará Sánchez, que dejó en el aire su continuidad al frente del Gobierno, después de que un juzgado de Madrid abriese diligencias de investigación contra su esposa, Begoña Gómez, por supuesto tráfico de influencias y corrupción tras una denuncia de Manos Limpias.

Este sábado, el candidato del PSC a la presidencia de la Generalitat, Salvador Illa, ha interrumpido su campaña para estar en el Comité Federal del PSOE y expresar su apoyo a Pedro Sánchez.

«Es dónde quiero estar, hoy a esta hora, y es dónde tengo que estar», señaló el líder del PSC para los comicios catalanes.

Representantes del PSOE leonés dan su apoyo a Sánchez.DL

La vicepresidenta, María Jesús Montero, eufórica en Ferraz.RODRIGO JIMÉNEZ

El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha realizado una encuesta rápida de un día sobre la carta del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la que anunció que despejaba su agenda pública hasta el lunes para reflexionar sobre si dimitía del cargo, según han apuntado fuentes del organismo público a Europa Press. El estudio, que se ha realizado este pasado viernes y cuyos resultados se conocerán el lunes, coincidiendo con el anuncio de Sánchez, pretende medir el alcance de su misiva sobre la ciudadanía en cuanto a si estaban al tanto de la misma, si estaban de acuerdo con el razonamiento del presidente y sobre las posibles derivadas a partir del próximo lunes. Para la elaboración del sondeo, las mismas fuentes han explicado a Europa Press que se ha realizado sobre una muestra de 1.807 entrevistas realizadas de manera aleatoria y telefónica.

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