La caída del régimen abre otro capítulo en Oriente Medio
Las columnas de blindados estadounidenses que penetraron ayer miércoles en el centro de Bagdad simbolizan la caída del régimen de Sadam Huseín y la apertura de un nuevo capítulo en Irak y Oriente Medio, la región más estratégica del planeta. Veinte días de guerra y decenas de miles de víctimas civiles y militares hicieron falta para derrocar al gobernante iraquí, cuyo paradero se desconoce, y primer estadista en la era de la globalización que Washington derroca sin que haya mediado una agresión previa. El presidente Bush inició la guerra contra Irak el 20 de marzo y prometió impulsar tras el conflicto el proceso de paz entre palestinos e israelíes, el más antiguo y que, según los analistas, supone la mayor hipoteca para la estabilidad del mundo. Con su beligerancia ideológica y poderío armamentístico, el Irak que hoy desaparece era, según algunos de ellos, la última trinchera de defensa o instrumento militar del mundo árabe frente a Israel y volvieron a poner este conflicto como otro excusa para justificar el ataque.