La ola de violencia echa al jefe de Policía de Madrid

Más de 50 muertes violentas en apenas cinco meses, tiroteos entre mafias organizadas de Sudamérica o de los países del Este, el «asesino de la baraja» aún en la calle y una delincuencia común que, lejos de reducirse, sigue una escalada ascendente imparable son demasiados puntos negros en Madrid, incluso para una Dirección General de la Policía (DGP) muy poco amiga de cambios en los escalafones más altos de los que se puedan hacer lecturas políticas. El director del cuerpo, Agustín Díaz de Mera, ha propuesto al ministro del Interior, Ángel Acebes, el relevo del jefe superior de Policía de Madrid, Juan Bautista Zurera, tan sólo 17 meses después de su toma de posesión. Zurera, se convierte así en el primer cargo policial destituido por las altas tasas de delincuencia, si bien Díaz de Mera prefirió ayer poner el acento en la «vitalización» de la institución y en la «necesaria evolución» del cuerpo. Será sustituido por el actual jefe de Policía de Barcelona, Miguel Ángel Fernández Rancaño. La sorpresa ha sido mayúscula en el seno del Cuerpo Nacional de Policía (CNP), donde ya anticipan que, de seguir los datos negativos sobre la criminalidad, la limpieza entre los mandos de las ciudades más afectadas por los delitos podría extenderse como una mancha de aceite. De hecho, Acebes ha anunciado nuevos cambios.