Guante blanco para una toma de posesión que se vivió sin sorpresas

Uno por uno y justo el instante después de jurar su cargo, los 25 nuevos diputados miraban hacia los bancos en que se encontraba el público buscando a sus familiares. Una sonrisa cómplice, un guiño o un beso en la distancia. Cualquier gesto era válido para compartir con la esposa, el marido o los padres el orgullo por haber sido elegido diputado. Y es que el pleno fue de guante blanco. La mayoría absoluta que goza el PP en la Diputación evitaba cualquier posible sorpresa. Ni siquiera se barajó la posibilidad de que los cuatro diputados populares por el Bierzo fueran a salirse del programa. Nunca se lo habían planteado, aunque desde algún foro se asegurara que sí. Cuando Javier García Prieto tomó posesión, el abarrotado salón de plenos rompió de forma unánime en un aplauso. Esto evidenciaba dos cosas. En primer lugar, suponía la demostración de que equipo de gobierno, oposición, funcionarios y prensa habían vivido unos últimos años ciertamente tensos en la institución y que todos estaban esperando que acabara esta etapa. La crisis que el PP vivió en la Diputación ha sido dura para todos, empezando por el propio expresidente, José Antonio Díez, y siguiendo por los demás protagonistas de la misma. En segundo lugar, se puso de manifiesto que Javier García Prieto es un hombre con pocos o ningún enemigo en política. Esto hizo que la apuesta de Mario Amilivia fuera respaldada por todos, empezando por el propio presidente del PP, José María López Benito, quien también sonó para el puesto. Resultaba harto complicado oponerse a que un hombre del talante del ahora presidente de la Diputación ocupase un sillón que necesitaba como ningunos moderación y diálogo. Para demostrarlo, el propio García Prieto visitó después del pleno y una por una todas las dependencias del Palacio de los Guzmanes para saludar personalmente a los funcionarios. También acudió a los despachos de la oposición, desde donde se comentaba que éste era un hecho insólito, al menos en los últimos ocho años. A partir de ahora, deberá negociar con sus propios diputados, incluidos los del Bierzo, el reparto de las áreas de gobierno, de las vicepresidencias, de las comisiones, de las dedicaciones exclusivas...