Diario de León

Cuatrocientos clandestinos han sido rescatados al borde del naufragio y 88 han muerto OPINIÓN EL EJIDO HUÍDA HACIA DELANTE

Las nuevas rutas de inmigración dejan el doble de muertos este año Los extraños Tres detenidos por apalear a inmigrantes Cada vez se embarcan más menores

Los nuevos radares de seguridad obligan a las mafias a desviar las pateras por vías más peligrosas

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Melchor Sáiz-Pardo MANUEL ALCÁNTARA - madrid
León

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El pasado 26 de octubre una Zodiac con medio centenar de inmigrantes, en su mayoría marroquíes, naufragaba en aguas del Atlántico en la bahía de Rota (Cádiz). Sólo cinco de los extracomunitarios lograron salvar su vida. En las playas gaditanas, los servicios de rescate recuperaron 35 cadáveres. La tragedia de la pasada semana no ha sido la única de estas dimensiones en los últimos meses. El pasado julio, otros quince inmigrantes fallecieron cuando trataban de alcanzar las costas de Fuerteventura. Según los últimos datos de la Delegación del Gobierno para la Extranjería (actualizados a 3 de noviembre), la Guardia Civil ha localizado en los diez primeros meses del año 88 cuerpos sin vida de personas que intentaban ganar los litorales andaluz o canario. Unas cifras que doblan con creces las de todo el año 2002, cuando los agentes y voluntarios encontraron en territorio nacional los cadáveres de 35 extracomunitarios. Pese al abultado número de cuerpos recuperados, los expertos estiman -en sus cálculos más optimistas- que por cada cadáver hallado en las costas españolas hay otro cuerpo más en el mar que nunca se encuentra y otro fallecido más en el litoral marroquí. Rutas peligrosas Detrás del aumento del número de fallecidos, sostienen las fuerzas de Seguridad, están las nuevas y más peligrosas rutas de la inmigración ilegal. La paulatina entrada en funcionamiento del Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (una red de radares que cubre las costas más cercanas al Estrecho de Gibraltar y parte del litoral canario) ha provocado que las mafias de tráfico de seres humanos hayan desplazado sus vías de acceso a las costas atlánticas (Cádiz y Huelva) y a puntos más alejados de las provincias de Málaga, Granada e, incluso, Almería y Murcia. Unos recorridos que, a veces, multiplican por diez las millas a cubrir por los clandestinos en unas embarcaciones muchos más cargadas, en algunos casos con 70 personas en una patera de no más de siete metros de largo. El SIVE también ha supuesto una mayor «capacidad y eficacia» para la Guardia Civil a la hora de rescatar a inmigrantes en apuros en alta mar. Durante los diez primeros meses del año, las patrulleras y los servicios de vigilancia han sacado del Mediterráneo y del Atlántico a 383 inmigrantes a punto del naufragio, más del doble que en los doce meses del año pasado, cuando fueron rescatados 180 «sin papeles». A la vista de las últimas estadísticas oficiales, las nuevas rutas han logrado absorber, cuando no incrementar, los flujos de la inmigración clandestina: durante 2003 han sido interceptados 17.061 «sin papeles», 9.437 en el litoral andaluz y 7.624 en las Islas Canarias. La mitad de estos inmigrantes era de origen marroquí. NO SE PUEDE decir que los españoles no somos algo xenófobos porque en otros tiempos aplaudiéramos a Machín y a Ben Barek y en éstos a Compay Segundo y a Makelele. Lo que ocurre es que los negros que triunfan dejan de ser negros. No es cuestión de epidermis sino de dinero. Si Mohamed Alí o Pelé entraran en un restaurante de Almería les pedirían autógrafos. Incluso en El Ejido, donde se han especializado en pegarles palizas de muerte a los inmigrantes marroquíes, serían recibidos con gran cordialidad. El Defensor del Pueblo Andaluz, que no da abasto a defender a tanta gente desamparada, afirma que tiene documentos que confirman las agresiones. Los que no tienen documentos son muchos de los agredidos. Más de veinte han resultado descalabrados por bandas de jóvenes racistas. Muchachos fuertes y bien alimentados que demuestran su valentía atacando en grupo. Suelen apalear a sus víctimas por la noche, cuando regresan a sus míseras viviendas después de trabajar en las plantaciones de invernadero de la zona. Después emprenden la huída en sus coches, con la satisfacción del deber cumplido. Todo por la patria chica. Los antropólogos, para probar que en las sociedades más elementales se produce también el repudio al extraño, hacen un curioso y cruel experimento: en una camada de pollitos recién nacidos, escogen uno al azar y lo tiñen de verde. Cuando los demás empiezan a piarlas le observan con recelo y luego lo matan a picotazos. No por nada, sino por ser distinto. ¿Son nacionalistas los pollitos?. Dicen que el nacionalismo se cura viajando y leyendo. Esa era al menos la opinión de dos españoles egregios, vascos los dos: Unamuno y Baroja. Quizá se cure también estándose quieto y sin ser dueños de una pequeña biblioteca. Basta con no tener en el corazón yacimientos de odio. Son muchas las gentes que a nuestra tierra vinieron y no todas tenían el alma de nardo. España es un cóctel de razas. Yo tengo el «erre hache» negativo, entre otras cosas negativas. Aquí cada uno es cada uno y entre todos somos nosotros. Nosotros y los de más allá. La Guardia Civil detuvo el viernes a tres individuos como presuntos autores de las agresiones a inmigrantes que se estaban produciendo en la localidad almeriense de El Ejido, según confirmó la Benemérita en un comunicado. Sobre las 22.30 horas del viernes, agentes de la Guardia Civil detenían a los vecinos de Berja (Almería) J.G.G., de 18 años, y J.A.L.S., de 22 años, y a J.L.V., de 20 años y vecino de Adra (Almería). En la inspección ocular realizada en el vehículo propiedad de uno de los detenidos, los agentes de la Guardia Civil encargados de la investigación localizaron oculta en el maletero una barra de hierro, de unos 82 centímetros de longitud, con la que presuntamente realizaron varias agresiones. Como resultado de estas detenciones, la Guardia Civil ha conseguido esclarecer hasta el momento un total de siete de las agresiones denunciadas, aunque la investigación continúa abierta para descartar la existencia de grupos organizados en la provincia dedicados a la comisión de este tipo de hechos delictivos, y podría haber nuevas detenciones. Los responsables del Ministerio del Interior es el «creciente número» de menores que se embarcan en estas peligrosas travesías: durante este año han sido interceptados a bordo de pateras 769 niños y adolescentes, 750 de los cuales eran nacionales de Marruecos. Cada mes han sido capturados una media de 76 menores, un crecimiento de 72 por ciento con respecto a 2002, cuando fueron interceptados en las pateras 531 niños (44 al mes). Los menores ya suponen el 4,5 por ciento de los irregulares sorprendidos en el litoral español. Según los datos ofrecidos por la Administración a la Fiscalía General del Estado, el pasado año eran 6.239 los menores acogidos por los servicios sociales españoles, el 75 por ciento de los cuales (4.738) eran marroquíes. El aumento en un año de los niños y jóvenes acogidos ha sido cercano al 65 por ciento.

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