La historia hace patente el dolor

La procesión de la Pasión fue la primera de las cuatro programadas para ayer en salir por las calles de la capital. La iglesia de Santa Nonia fue el punto de partida en una tarde con una temperatura muy agradable, lo que animó a muchos leoneses y visitantes a seguir con interés el peregrinar de los pasos. A las ocho y media, todavía con luz, salieron a la calle los primeros papones acompañados por la música de la banda de cornetas y tambores que marca el paso. Momentos antes habían cumplimentado el último rezo del Triduo al Nazareno. Poco a poco, la claridad fue dando paso a la oscuridad iluminada por la luz artificial de las farolas. Las calles amplias se convirtieron en estrechos caminos para tres pasos portados con singular maestría por los hermanos que militan en las tres cofradías con más solera de la ciudad. A la hora de recogerse los espacios más abiertos volvieron a acompañar a los cofrades. El negro era el color predominante de los componentes de las tres cofradías que tomaron parte en la procesión de la Pasión. Las manolas, también iban de negro riguroso detrás de cada una de las tallas. En su recorrido los cofrades no paraban de estrechar la mano del numeroso público que aguardaba su paso. La historia más antigua de las cofradías representada por Nuestra Señora de las Angustias y Soledad, Dulce Nombre de Jesús Nazareno y Real Cofradía de Minerva y Veracruz desfilaron con sus pasos. La Virgen de las Angustias, el Nazareno del Dulce Nombre y la Piedad fueron portados con maestría por los hermanos. La agrupación musical de la Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias y la Soledad puso el ritmo a un desfile histórico, conocido hace años como la Procesión del Pregón.