Diario de León

En las zonas de mayor arraigo las apuestas individuales «a cara o cruz» raramente bajan de billetes de 20 a 50 euros

Más de cincuenta corros reviven desde mañana la tradición de las «chapas»

La Bañeza, León, el Bierzo y la ribera del Orbigo acaparan los permisos gubernativos

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A. Núñez - león
León

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Más de medio centenar de corros, ubicados en otros tantos bares y locales públicos de la provincia, volverán a recuperar a partir de la noche de mañana la antigua tradición de las «chapas», justo hasta la madrugada del Viernes Santo: se trata de uno de los pocos juegos ajenos a las loterias del Estado, incluso anterior a ellos, del que los más adictos juran que tiene su origen en el Nuevo Testamento, cuando los soldados romanos echaron a suertes la túnica de Jesucristo (si bien la verdad es que la jugaron a los dados, no a cara o cruz, según los Evangelios). En cualquier caso, la Junta ha vuelto a autorizar los corros cobrando un módico impuesto de 30 euros a cada establecimiento que los organice, a los que se sólo se pide, en contrapartida, que mantengan el orden público, autolimiten las apuestas a cantidades moderadas y no admitan más moneda que el dinero en efectivo, excluyendo taxativamente bienes muebles, inmuebles o animales para prevenir más de una ruina patrimonial, como no pocas acaecidas décadas atrás. El juego de las chapas estuvo rigurosamente prohibido hasta 1992, aunque sólo en teoría, porque siempre se mantuvo, mientras la policía y la Guardia Civil hacían la vista gorda en localidades como La Bañeza, León capital, Bembibre, el Páramo y toda la ribera del Orbigo. Los corros se «tragaban» materialmente millones de las antiguas pesetas a cara o cruz, que es, dicho de forma simplista, toda la base del juego: el batarero o jugador por orden de turno apuesta contra todos los demás y lanza juntas las monedas al aire. Debe mostrar previamente las dos monedas, cara contra cara o cruz contra cruz y avisar a favor de cual de las dos opciones apuesta. El resto es fácil: gana el que acierta y, si una moneda sale cara y otra cruz, basta con repetir la jugada hasta que cuadre. Sólo billetes Es difícil calcular el dinero que mueve el juego de las chapas, aunque, desde luego, los más veteranos aseguran que sólo son billetes y que las únicas monedas que se ven son las que suben y bajan del aire para decidir la suerte. En La Bañeza, por ejemplo, según los jugadores más viejos, es raro que aparezcan apuestas inferiores a cincuenta euros y no es, por el contrario, infrecuente el corro en el que, con tres docenas de personas en otras tantas sillas y un número aún superior de pie, se jueguen a cada tirada cantidades próximas al millónde las antiguas pesetas, especialmente a altas horas de la madrugada, cuando ya han abandonado el campo los pequeños jugadores, aficionados y mirones. También es habitual que, desaparecido por agotamiento un corro, los ganadores supervivientes viajen al siguiente o al de más allá y acaben en el último que cierre, da igual los kilómetros a recorrer o los lindes de la provincia: Benavente en Zamora, o Villalón de Campos, ya en Palencia.

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