El obispo de Albacete preside el funeral por los cinco bolivianos muertos en Hellín

El obispo de Albacete, Francisco Cases, ofició ayer en la parroquia de Santa María de la Asunción, de Hellín (Albacete), la misa funeral de los cinco inmigrantes bolivianos fallecidos el viernes en esta localidad cuando el coche en el que viajaban se saltó un paso a nivel con barrera y fue arrollado por un tren en la línea Madrid-Cartagena (Murcia). Durante el funeral, al que asistieron la delegada del Gobierno en Castilla-La Mancha, Carmen Valmorisco y las consejeras de Trabajo y Administraciones Públicas de Castilla-La Mancha, María José López y Matilde Valentín, el obispo dedicó palabras de ánimo a la comunidad boliviana de Hellín y en especial a los amigos de las cinco víctimas «que vinieron a buscar trabajo y han encontrado la muerte». Los cadáveres de los cinco inmigrantes, dos hombres y tres mujeres, una de ellas embarazada, de entre 25 y 35 años, serán repatriados a Bolivia en los próximos días en un vuelo de Iberia que los trasladará al país andino el martes. El Ayuntamiento de Hellín se ha encargado de todos los trámites de esta repatriación, en colaboración con los gobiernos central y de Castilla-La Mancha. La Embajada de Bolivia en Madrid «no ha querido hacerse cargo aunque suene así de duro», según indicó Diego García Caro, alcalde de Hellín, localidad que ayer vivió el primero de los tres días de luto oficial decretados por el consistorio. La explicación dada por la Embajada de Bolivia para desentenderse de los cinco compatriotas muertos es que no dispone de fondos económicos para costear la repatriación. Las dos parejas llevaban un año viviendo en Hellín mientras que la tercera mujer fallecida, que estaba soltera, había llegado a España hace 15 días para trabajar en labores agrícolas junto a sus otros compatriotas en una finca de Jumilla (Murcia).