Diario de León

| Reportaje | La obra del siglo |

Los hermanos suizos de Pajares

El terreno roto y blando de la Cordillera Cantábrica convierte a la variante en una de las obras más difíciles de Europa, sólo comparable a dos túneles que se están ejecutando en los Alpes

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P. Infiesta - león
León

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«Fomento nos ha prometido que tras las obras el gran vertedero de escombros de Pola quedará preparado para ser un área de expansión urbanística» FRANCISCO CASTAÑÓN , alcalde de Pola de Gordón La frontera astur-leonesa fue calificada hace unos años como la Suiza española por sus montañas. Ahora, también cabe decirlo de sus túneles. La faraónica obra de la variante de Pajares, que permitirá llevar la alta velocidad de la meseta al Principado a través de 25 kilómetros de túneles, sólo es comparable con otras dos infraestructuras que se están acometiendo en el país de la Cruz Roja. Se denominan, el túnel de Saint Gothard y el de Lötschberg. El primero está considerado como el más largo del mundo. De hecho, abre la montaña a lo largo de 57 kilómetros para permitir el transporte ferroviario entre las localidades suizas de Erstfeld y Bodio, en la línea que une Zurich con Lugano. Sus obras son una auténtica atracción turística, porque miles de personas las supervisan, sobre todo, en el verano, incluso en visitas organizadas. Un realizador cinematográfico filma cada año una película para dejar constancia para la posteridad «de cómo se va venciendo a la montaña sin que se derrumbe». El de Lötschberg acumula otro récord, ser el de avance más veloz. Su tuneladora batió el 9 de septiembre del 2003 la marca de avance mundial, al excavar 50,1 metros en 18 horas de trabajo. Este túnel, de 34,6 kilómetros, unirá Frutigen, en el valle de kander del cantón de Berna, con Rarogne, enclavado en el valle de Rhône del cantón de Valois. Saint Gothard y Lötschberg son los hermanos suizos de Pajares. Viendo lo que allí ocurre, León y Asturias todavía no vislumbran la magnitud de la obra que se viene encima. Excavar un túnel tan largo como el de la variante de Pajares, desde un lado y otro, y acertar a calar en el punto convenido tiene un gran mérito, según los ingenieros. El cálculo de topografía debe tener en cuenta hasta la curvatura de la tierra. Para no perderse en las entrañas de la mole de piedra hay que utilizar un aparato llamado giroscopio. Un error, aunque mínimo, puede acabar en perforaciones tan largas como un mal chiste. El terreno roto y blando de la Cordillera Cantábrica convierte a la variante de Pajares en una de las obras más difíciles de Europa en este momento. El peligro tiene nombre propio: La formación Formigoso, la de San Emiliano -próxima a Viadangos de Arbás- y el carbonífero de la cuenca asturiana, en Telledo. Hay una treintena más de conjuntos rocosos, pero menos complicados.

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