«La reforma requiere una voluntad que hoy no existe»

«Una reforma constitucional profunda requiere un cuerpo constitucional que sólo puede surgir de una voluntad social abrumadora, como la que había hace 25 años, pero que actualmente no existe». Con estas palabras se pronunciaba en contra de reformar la Carta Magna el ponente constitucional de la UCD Gabriel Cisneros Laborda, quien defendió la plena vigencia del texto y su validez para seguir sirviendo como cimientos del Estado español actual. Cisneros defendió la vocación de longevidad de cualquier texto constitucional y rechazó las tentaciones de modificarlos cada veinte o treinta años. «Si tenemos una buena Constitución, democrática y moderna, no parece conveniente modificarla, al menos en sus valores esenciales», dijo. Frente a la reforma por cuestiones de organización territorial, este padre de la Constitución defendió el fomento de una sociedad plural dentro de cada con unidad autónoma.