El Poder Judicial tendrá su reforma a golpe de ausencias

Esta vez fue el Partido Popular quien ayudó involuntariamente al Gobierno. El Pleno del Senado aprobó ayer tramitar por el procedimiento abreviado de lectura única la reforma del sistema de elección de magistrados, tal y como quería el grupo gubernamental. Pero lo hizo gracias a la ausencia de un senador popular que otorgó la mayoría a los partidarios del proyecto aprobado el pasado jueves en el Congreso. La reforma judicial llegará seguramente a puerto, pero su andadura ha estado llena de sobresaltos. Tras su accidentado paso por el Congreso, con viaje de ida y vuelta a la Moncloa, el proyecto estuvo a punto de naufragar en la cámara alta por culpa de un despiste. Una senadora de CiU se equivocó de botón y sumó involuntariamente su voto al del grupo Popular, contrario a la reforma. En otras condiciones, ese error habría dado la mayoría al primer partido de la oposición, mayoritario en el Senado. Pero la ausencia del senador popular por Zaragoza Gustavo Alcalde provocó un empate: 126 votos a favor, 126 en contra. La votación tuvo que repetirse y esta vez la senadora de CiU votó correctamente. El proyecto será así tramitado en lectura única en el pleno de la cámara del próximo día 22. Muy mal se tendrían que dar ya las cosas para la ley no entrara en vigor antes de fin de año, aunque es imprescindible que no haya nuevos errores ni más ausencias. La lectura única impide que se presenten enmiendas antes del pleno, así que a los populares sólo les queda la posibilidad de plantear el veto. Para que prospere, necesitará el apoyo de la mayoría absoluta de la Cámara y sólo podría alcanzarla en caso de que tres senadores de formaciones ajenas pulsaran el botón equivocado. Pero no sólo la votación del veto requiere la máxima precaución de los senadores que desean ver cómo se amplía a tres quintos la mayoría requerida en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) para la elección de altos cargos en el Tribunal Supremo y los tribunales de justicia autonómicos. Si no alcanza la mayoría exigida para un proyecto de ley orgánica -mayoría absoluta- se considerará rechazada.