El agente, que disparó a sus víctimas con el arma reglamentaria, podría sufrir una depresión
Un guardia civil de Toledo mata a su cuñado, hiere a un primo y se suicida
Una discusión familiar por un asunto de tierras, posible origen del trágico suceso
La pequeña localidad toledana de Gálvez despidió el año 2004 trágicamente. Rafael Puente Peñas, guardia civil de 48 años de edad natural de este municipio, acabó con la vida de su cuñado, Antonio Cobisa Sánchez, de 46, disparándole con su arma reglamentaria y se suicidó pegándose un tiro. Los hechos ocurrieron a última hora de la tarde del último día del año en el número 24 de la calle 27 de marzo, de Gálvez, un tranquilo pueblo de 3.300 habitantes, situado en la comarca de los Montes de Toledo, que vive de la ganadería porcina, la fabricación de muebles y el sector textil. Antes de acabar con su propia vida, el agente disparó contra un primo hermano, Francisco Cruz, que pudo salvarse al salir corriendo de la vivienda. En su huida recibió un disparo en un hombro pero logró llegar a una gasolinera cercana para pedir ayuda, desde donde fue conducido al hospital Virgen de la Salud de Toledo. El testimonio de este familiar será clave para esclarecer las causas de este suceso ya que cuando ocurrió él se encontraba conversando con el guardia civil y el cuñado de éste en un patio de la vivienda. Posible depresión Cinco cohetes para celebrar la Nochevieja. Esto es lo que pensaron muchos vecinos de Gálvez cuando a última hora de la tarde escucharon cinco detonaciones procedentes del número 24 de la calle 27 de marzo. Sin embargo, a medida que pasaban las horas y se estrenaba el nuevo año la dramática noticia se extendía rápidamente por el pueblo y dos hipótesis pasaban de boca en boca para tratar de explicar las causas: una discusión familiar por un asunto de tierras o una posible depresión que el agente de la guardia civil podría estar sufriendo desde hace tiempo a raíz de su separación matrimonial y los obstáculos que, presuntamente, le ponía su esposa para ver a sus hijos. La fatalidad Pero la tragedia vivida en Gálvez en la Nochevieja de 2004 no se detuvo aquí. El juez de paz del pueblo vecino de Totanés, que fue avisado de lo ocurrido y se desplazó hasta Gálvez, murió de un infarto tras personarse en el lugar de los hechos. El juez de paz se sintió indispuesto y fue trasladado al centro de salud de Gálvez donde sufrió un infarto de miocardio del que ya no pudo recuperarse. Un infausto comienzo de 2005 en el municipio toledano de Gálvez.