Cerrar

Batasuna volvería a las instituciones y Rodríguez Zapatero se convertiría en el «Tony Blair español»

El Gobierno sondea con discreción la posibilidad de un desarme total de ETA

Exige a la banda terrorista no sólo una tregua, sino que entregue su arsenal

Publicado por
Enrique Clemente - redacción | madrid
León

Creado:

Actualizado:

El Gobierno continúa siendo optimista sobre la apertura de un proceso de paz en el País Vasco a corto plazo, a pesar del atentado de Gecho. Aunque trata de ser muy comedido en sus declaraciones públicas para no generar falsas expectativas, fuentes de toda solvencia consultadas por este periódico insisten en que cree perfectamente factible este escenario. De hecho, el Ejecutivo sondea con discreción la posibilidad de que la banda terrorista esté dispuesta a entregar sus armas, en un proceso similar al que propició el desarme del IRA en Irlanda del Norte. La posición gubernamental es diáfana: sólo habrá diálogo si cesa la violencia. Considera que ya ha movido ficha, que la respuesta de Zapatero a la carta que Otegi le remitió el pasado viernes es más que suficiente por ahora. Y espera que el siguiente movimiento sea que ETA decrete una tregua. Pero no le vale una simple declaración en el diario aberzale Gara , sino un gesto reconocible por toda la sociedad, pruebas tangibles. En otra palabras, su desarme absoluto. Mejores condiciones El Ejecutivo sabe que el alto el fuego, que considera muy pro-bable, puede venir precedido de nuevas acciones terroristas como la del martes. Cree que son demostraciones de fuerza para forzar la negociación en mejores condiciones. «Siempre que ETA quiere negociar necesita una campaña de atentados», asegura un conocedor de la banda contactado por Diario de León. En estos momentos, es muy improbable, no imposible, que emprenda una serie de atentados con víctimas mortales, porque esto impediría cualquier diálogo, pero sí acciones para dejarse notar. Las palabras de Zapatero el sábado en San Sebastián siguen siendo plenamente válidas: «Queremos escuchar a Batasuna pero para ello es necesario que cese el ruido de las bombas y las pistolas». Rafael Vera aseguraba ayer que la decisión de ETA de negociar con el Gobierno es «irreversible». El ex secretario de Estado para la Seguridad, que está a la espera de entrar en la cárcel, es un gran especialista en la lucha antiterrorista y posee buena información todavía. Vera aseguró que la banda está calibrando si declara una tregua temporal, indefinida o incluso si entrega su armamento. Vuelco en el País Vasco El secretario general de los socialistas vascos, Patxi López, manifestaba ayer en Madrid que el atentado de Gecho no invalida ningún escenario, incluido la apertura de un proceso de paz. López reconoció que la carta de Otegi ha producido un «vuelco» en el País Vasco, que ha hecho pasar el plan Ibarretxe a un segundo plano y ha colocado al lendakari «en el extremo de la política vasca». Es indudable que el movi-miento de Batasuna/ETA ha dejado un tanto fuera de juego a Ibarretxe. Mientras Otegi aboga por un acuerdo entre nacionalistas y no nacionalistas en el País Vasco y no considera una condición sine qua non la independencia, el lendakari se esfuerza por que se negocie en Madrid su proyecto, que excluye a la mitad de los vascos. Tanto ETA/Batasuna como el Gobierno están muy interesados en la negociación. Batasuna necesita imperiosamente ser legalizada y participar en los comicios, porque si no es así será absorbida por el PNV y EA, que han asumido sus postulados más radicales, y sufriría un gran golpe en su economía. ETA está muy debilitada, aunque ha demostrado que aún mantiene intacta su capacidad de matar. La presión de las bases aberzales y de sus presos es cada vez mayor para que dé paso a la negociación. El Gobierno ve en esta situación claras ventajas: asestar el golpe definitivo al plan Ibarretxe y dividir al nacionalismo vasco. Zapatero tiene ante sí la posibilidad de convertirse en el «Tony Blair español» -como le dijo Otegi- y acabar con 40 años de terrorismo, una oportunidad que no quiere dejar pasar. Por eso, está dispuesto a esforzarse al máximo.