Diario de León

Nadie sabía si habría habido recuento y a las ocho salió de la chimenea un humo inicialmente blanco

Una confusa «fumata» negra anuncia que la primera votación acaba sin Papa

Los cardenales podrán pronunciarse hoy un máximo de cuatro veces La primera fumata rebaja l

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Laureano López - enviada especial | roma
León

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Los cardenales sólo se pusieron de acuerdo a la hora de votar: el candidato más apoyado no alcanzó la mayoría de dos tercios necesaria. Una incorrecta combustión de las papeletas hizo pensar, durante unos segundos, que había nuevo Papa. ¡Hay Papa!, ¡hay Papa! A las ocho y dos minutos de la tarde de ayer se sintió el «habemus papam» en la plaza de San Pedro. Fue un grito unánime, casi un éxtasis colectivo, consecuencia del humo blanco que asomaba, tímido, pero blanco, de la chimenea de la capilla Sixtina. Bastó medio minuto más para ver que se trataba de una falsa alarma. De la misma chimenea comenzó a salir una gran humareda negra. Conclusión: no hubo mayoría de dos tercios para la elección del nuevo pontífice, pero al menos los cardenales sí llegaron a un acuerdo para realizar la primera votación. Se supo a las ocho y dos minutos. Hasta esa hora, la gente congregada en la plaza estaba dividida entre quienes pensaban que los cardenales dejarían la votación para una mejor ocasión, circunstancia que parecía que iba a suceder al filo de las ocho de la tarde, o los que estaban convencidos de que habría fumata, pero negra. Acertaron estos últimos. La plaza se fue llenando muy lentamente, aunque a las seis y media de la tarde ya estaba prácticamente repleta de gente con la vista puesta en el tejado triangular de la Sixtina. Cuatro pantallas gigantes de televisión colaboraban en la mejor visualización del momento más esperado desde el fallecimiento de Juan Pablo II. La confirmación de que la fumata era negra, tampoco tañeron las campanas de la plaza de San Pedro, provocó desilusión entre los congregados, que comenzaron a abandonar la plaza a paso lento. Una vez celebrada la votación y quemadas las papeletas, los cardenales, que estuvieron encerrados extra omnes prácticamente toda la tarde junto al Juicio Final de Miguel Ángel, abandonaron la Sixtina para dirigirse hacia su residencia de Santa Marta, que dista varios centenares de metros del lugar de la votación. Hoy, la plaza volverá a ser tomada por fieles y curiosos para asistir a, al menos, una nueva fumata. Por la mañana habrá dos votaciones y, si es necesario, otras dos por la tarde.

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