Diario de León

| Reportaje | Las llamas desde cerca |

Con los ojos mirando hacia el monte

Los vecinos de Pereje y Paradela de Muces vivieron una noche de angustia esperando que el fuego no llegara a sus casas; en Trabadelo y Pradela la tranquilidad volvió a los hogares

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Marga Luengo/M.Á. Tranca - ponferrada
Ponferrada

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Intranquilidad, miedo y cierta angustia fueron, junto a la esperanza de que todo fuera una pesadilla pasajera, los argumentos que ayer rodearon cada una de las vidas de los vecinos de Pereje y Paradela, las localidades a las que el fuego se acercó con un riesgo mayor. En el caso de Paradela, la noche de ayer fue la segunda que pasaron mirando de reojo al monte y confiando en que la fresca pudiera enfriar un suelo bastante caliente. Los pocos vecinos y los veraneantes que cada época estival regresan a esta localidad no pegaron ojo en muchos casos, mientras que en otros se encargaron de ayudar a las labores de vigilancia. La situación a ,lo largo de la jornada de ayer y la madrugada de hoy fue similar, incluso más comprometida para los habitantes de Pereje. El fuego, que a últimas horas de ayer se cobraba más y más terreno, no dejó pegar hojo a muchos de ellos, pensando que el riesgo de que las llamas se acercaran era posible. La existencia de varios retenes, no obstante, les dio cierta tranquilidad aunque no la calma necesaria. Incluso los peregrinos, en muchos casos sosprendidos, se debatían entre la incredulidad y el interés por saber si la zona a la que habían llegado no les iba a deparar algún susto inesperado. A última hora de la noche el albergue en el que se hospedaban fue desalojado, aunque no por una medida de seguiridad que por el riesgo que podría entrañar el incendio. Como contrapunto a la angustia que las llamas dejaban en las localidades de Pereje y de Paradela de Muces, en otros pueblos que en principio también podían haber sufrido peligro por la cercanía del fuego, la situación finalmente se resolvió con total tranquilidad. Es el caso de Trabadelo, una localidad que a primera hora de la tarde veía como las llamas atravesaban una vaguada próxima al pueblo. «Cuando atravesó la vaguada sí hubo peligro, porque después de ella sólo quedaba monte bajo y el fuego podía acercarse peligrosamente», comenta uno de los vecinos. No obstante, el miedo que protagonizó escenas de angustia en Pereje nunca llegó a brotar en el caso de Trabadelo, puesto que en el momento que las llamas atravesaron la vaguada, los medios desplegados para la extinción realizaron un cortafuego que les permitió apagar las llamas en poco más de una hora, dejando a los vecinos disfrutar de una tarde de tranquilidad. «No llegó a haber miedo, porque fue tan rápido que no se produjo sensación de peligro», comentaban los vecinos. ampoco se vivió miedo en Pradela, localidad cercana a Pereje. Tras un momento en el que tenían el fuego a su vista, las llamas se dirigieron definitivamente hacia Pereje y Landoiro. Allí los vecinos se limitaron a seguir por los medios de comunicación la evolución del incendio que ponía los nervios a flor de piel entre los habitantes de la población vecina.

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