Diario de León

Idioma español, el carnet de conducir, construcción y clases de informática son las enseñanzas más demandadas

2.000 inmigrantes, ya regularizados, piden cursos de formación profesional

Sindicatos y patronales sólo pueden atender cada año la mitad de las peticiones

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Antonio Núñez - león
León

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Casi 2.000 inmigrandes, de las procedencias más dispares, han solicitado durante el último año en León formación profesional para prosperar en sus empleos, aunque apenas la mitad de ellos lo consiguen: sólo hay plazas para uno de cada dos en los cursos que imparten las patronales Fele y Cel y los sindicatos CC.OO. y UGT. Unas vez conseguidos los «papeles» de residencia, algo relativamente fácil con la última normativa del Gobierno, la carrera es ahora por conseguir un trabajo que los aleje de la mera subsistencia en un país lejano a su patria de origen. Según el encargado para temas de inmigración de UGT de León, Miguel Angel Cueto, sólo su sindicato acoge cada año a más de 200 inmigrantes para impartirles cursos de todo tipo. «Representamos, más o menos, una quinta parte de las plazas de formación y reciclaje profesional que se ofertan en la provincia a través del Forcem con fondos europeros, así que imagino que en el resto de organizaciones pasará lo mismo: la mitad de los inmigrantes que nos piden formación quedan en la calle, porque no hay plazas suficientes, y del resto en nuestro caso, aproximadamente 110 se han apuntado para aprender idioma español básico, unos 45 para clases de homologación del carnet de conducir a través de autoescuelas subcontratadas y el resto a oficios de construcción o nociones de informática». Idiomas y el coche Según Cueto, la homolación del carnet de conducir fue uno de los cursos más solicitados hasta este mismo año, especialmente por inmigrantes magrebíes, «aunque ahora ha caído tras los convenios entre España y Marruecos para darlos todos por válidos». El grueso de los cursos se concentra ahora en el idioma español con un total de 110 alumnos este año entre marroquíes, subsaharianos y, al menos en igual medida, inmigrantes que proceden de países del Este europeo, como ucranianos, bosnios, rumanos, bulgaros o molvados. En las clases de idionas los responsables de UGT dicen haber sido testigos de no pocas anécdotas. «El alumno más jóven que hemos tenido venía con su madre y apenas contaba un año, supongo porque nadie más podía cuidarlo y no le quedaba más remedio, pero yo mismo he visto cómo en la caferería de abajo un marroquí y un yugoslavo se enseñaban sus mutuos idiomas y luego subían aquí a que les enseñaran a los dos español». La demanda de enseñanzas de formación profesonal se pierde después entre oficios de construcción e informática sin distinción de países de origen, aunque quienes proceden de la Europa del Este prefieren optar los llamados empleos «de cuello blanco». Hay, por último, un gran filón de puestos de trabajo que teóricamente no requerirían una excesiva cualificación, pero, para los que, de todas formas, tampoco faltan cursos de formación profesional: la atención a personas mayores en zonas urbanas o rurales y están destinados a mujeres. Los da la Cruz Roja. «He visto a un yugoslavo y a un marroquí enseñarse sus idiomas en el bar y luego entrar aquí a aprender español» MIGUEL ÁNGEL CUETO, responsable de UGT para inmigración

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