Patxi López cree que Euskadi está «en el umbral de un nuevo tiempo»

Patxi López fue reelegido ayer secretario general del Partido Socialista de Euskadi (PSE) en el marco del quinto congreso que los socialistas vascos que se celebra este fin de semana en el palacio Euskalduna de Bilbao. En su intervención ante los 533 delegados, López anunció que Euskadi se encuentra «en el umbral de un nuevo tiempo» del que no quiso dar más detalles, si bien advirtió: «y no hablo por hablar». Se declaró dispuesto a participar en una mesa de partidos sin violencia, pero avisó al PNV que paz y normalización no significan más nacionalismo y conminó a ese partido desistir de obtener ventajas en un proceso que termine con la violencia e ETA. Lejos de la división y convulsión internas que supuso hace tres años y medio el relevo de Nicolás Redondo Terreros como secretario general, este quinto cónclave es el de la unidad y cierre de filas en torno a un líder, Patxi López. De hecho, López se convirtió en el único candidato a la dirección del PSE y recibió un apoyo superior al 90% de los delegados, lejos del 53% que logró hace tres años y medio, y una de las más altas de los secretarios generales del PSE. Además, la ponencia política fue aprobada sin sobresaltos y avaló el proyecto «progresista, vasquista y autonomista» para ser «la alternativa real del Gobierno» nacionalista. En la defensa del informe de gestión, López, articuló un discurso en el que definió al estrategia de su grupo como única alternativa real al nacionalismo. Además se esforzó en marcar el terreno de juego en el que se moverá el proceso de pacificación y normalización. Se mostró dispuesto a tomar parte en la mesa de partidos que impulsa el lendakari Juan José Ibarretxe, pero aclaró que «normalización no implica» cesión a las exigencias nacionalistas. Tras asegurar que «estamos en el umbral de un nuevo tiempo en Euskadi» en el que se podrá vivir y opinar «con plena libertad», aunque no precisó en que basaba su optimismo, advirtió al nacionalismo que «la paz no es ni puede ser la imposición del proyecto nacionalista, no es la coartada para que el PNV se perpetúe en el poder». En este sentido, insistió en que «la paz no es olvidarnos de la Constitución española, no significa hacer tabla rasa de ese gran pacto de convivencia que es el Estatuto de Gernika». «La paz -prosiguió- no es para que nadie saque beneficios a cuenta, sino que la paz es libertad, es igualdad y democracia».