Diario de León

| Crónica | Sin toga y birrete |

Hasta nunca, doctor Franco

La Universidad de Santiago retira al anterior jefe del Estado el título honorífico dado en 1965 porque «carecía de méritos»

Imagen tomada en Santiago de Compostela el 26 de julio de 1965

Imagen tomada en Santiago de Compostela el 26 de julio de 1965

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Antonio Ojea - vigo
León

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«La obra de nuestro hoy doctorando es equiparable a una experiencia científica biológica, mediante la cual consiguió restaurar el biologismo normal de nuestra Patria, cuya vida venía siendo alterada por los regímenes instaurados desde el año 1931 a 1936», decía el decano de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Santiago, Luis Iglesias. «Hoy» era el 27 de julio de 1965; el doctorando, Francisco Franco Bahamonde, a la sazón, jefe del Estado; y su «obra»... bueno, pues eso. Para no ser menos, el rector, Ángel Jorge Echéverri, vio justo rendir «tributo de pleitesía por conservar una cultura occidental siempre unificadora», a la que, además, el Caudillo aportaba «elementos esenciales como son la fe, la esperanza y la caridad». El nuevo doctor, provisto de toga y birrete, ilustró a los presentes, en larguísima disertación, sobre temas tan diversos como la meteorología, los antibióticos o los plaguicidas. Pero esta afición a la verborrea científico-técnica fácil, bien conocida en el Generalísimo desde que era «Comandantín» -como le conocían en Oviedo a mediados de los años 20-, no es «mérito académico ni personal suficiente», en opinión de la actual junta de gobierno de la universidad gallega, para mantenerle el título de doctor. Ni siquiera para que su nombre siga figurando en el libro de honores. 1397124194 Puntos negros de la historia El rector, Senén Barro, justificó este viernes esta decisión, que no tiene precedentes, debido a que la distinción fue otorgada en «un régimen político dictatorial, en el que era el máximo representante y el país carecía de la más mínima libertad democrática». En esa misma exposición de motivos se aclara que la Junta de Gobierno actual está capacitada para «corregir puntos negros de la historia de la Universidad». La campaña que ha terminado en la «desdoctoración» de Franco la inició el bibliotecario de la Facultad de Filología, Francisco Xavier Redondo, que creó una página web a través de la cual recogió firmas para apoyar la idea. En la referencia periodística de la época, con una legislación que mantenía la censura previa y lo que se llamaban «consignas de prensa» de obligatoria inserción, se relataba una secuencia del acto «académico» en los siguientes términos: «Acompañado por el Capitán General de la VIII Región Militar, el Caudillo pasó revista a una compañía de la Agrupación de Infantería Zaragoza 12 con bandera y banda de música, que le rindió honores, mientras que el gentío congregado en torno a la Facultad prorrumpía en clamorosas manifestaciones de entusiasmo». Al acto asistieron los ministros Fraga Iribarne (Información y Turismo), Lora Tamayo (Educación), el almirante Nieto Antúnez (Marina) y López Rodó (sin cartera). Franco ya no es doctor, pero sólo por Santiago. Sigue siéndolo por las universidades de Salamanca y Coimbra. Por el momento. El profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Coimbra, José Pureza, pidió ayer que sea retirado el título de doctor honoris causa al dictador español. Pureza alegó que el título honorífico, concedido a Franco en 1965, fue concebido para premiar a «hombres que se hubieran distinguido por los grandes valores del humanismo y de la decencia universal», que no es el caso del dictador español y dijo que se debía seguir el ejemplo de la Universidad de Santiago de Compostela. Pedro Santos, jefe del Gabinete de Comunicación de la Universidad de Coimbra, declaró que una decisión acerca de este asunto «debe ser considerada por el Senado».

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