Siete vigilantes controlan en León la vida del oso y persiguen el furtivismo

La Fundación Oso Pardo ha formado y mantiene patrullas de vigilantes en las zonas oseras más importantes de la Cordillera Cantábrica, en el marco de acuerdos de colaboración con las administraciones autonómicas responsables de la conservación de la naturaleza y con fundaciones ambientales como la Fundación Biodiversidad y la Fundación Territori y Paisatge de Caixa Catalunya. Según difunde esta organización en su página de Internet (www.fundacionosopardo.org), las tareas de las patrullas van desde la vigilancia y el seguimiento de las poblaciones de osos, hasta el apoyo a programas de investigación, la educación ambiental o la orientación de los visitantes en espacios naturales protegidos. Están formadas por mujeres y hombres del entorno rural, con los que la FOP contribuye a la creación de empleo local. Reciben formación específica y están equipadas con el mejor material de comunicaciones, óptico y de montaña. En la provincia leonesa hay dos y ambas se financian mediante un convenio con la Junta de Castilla y León: una en Riaño, integrada por tres guardas que vigilan la vertiente leonesa de la población oriental de oso, y otra en Alto Sil, formada por cuatro personas que ejercen su actividad en el ámbito del Plan de Recuperación del Oso Pardo en el occidente leonés, centrado especialmente en las comarcas de Laciana y Alto Sil.