Policía y Guardia Civil activan las operaciones Mora y Miño por máxima alerta

Apenas siete horas después del anuncio del fin del alto el fuego permanente, los mandos de la Policía y la Guardia Civil ordenaron a todas las jefaturas, comandancias, comisarías y cuarteles que extremen las medidas de autoprotección ante la posibilidad de que el primer objetivo de la banda terrorista sean miembros de las fuerzas de Seguridad. El operativo Mora implica la alerta máxima entre los agentes, que han recibido «instrucciones taxativas» para cambiar sus rutinas, mejorar las vigilancias y reforzar los controles en las sedes policiales. Al mismo tiempo, la Secretaría de Estado de Seguridad ordenó ampliar la operación Miño de controles aleatorios en Madrid en busca de coches-bomba y extender esas revisiones a otras vías estratégicas de comunicaciones del resto del país. Los analistas de Interior consideran que la capital de España puede ser el objetivo prioritario de los terroristas. No obstante, esperan no tener que reforzar con nuevos agentes llegados de fuera de Madrid, ya que desde el pasado febrero hay un dispositivo especial de protección por la celebración del juicio del 11-M. Entonces, y con vistas al tercer aniversario de la masacre, Interior activó el nivel intermedio de alerta del Plan de Prevención y Protección Antiterrorista, que hasta ahora se ha mantenido. El nivel intermedio de alerta implica la movilización de las fuerzas de Seguridad del Estado para vigilar y proteger los lugares de alta concentración de personas. También se había reforzado la protección de objetivos estratégicos del sector energético, las redes de agua potable o los centros de comunicaciones.