Los últimos arrestos impidieron a los terroristas usar el arsenal deBiarritz

Las últimas detenciones de miembros de ETA realizadas por las fuerzas de seguridad evitaron que el arsenal localizado el lunes en un garaje de Biarritz, en el País Vasco francés, fuese entregado en julio pasado a un comando para que cruzase la frontera provistos de armas y explosivos para cometer atentados de inmediato. Ésta es la hipótesis con la que trabajan los servicios antiterroristas españoles y franceses después de analizar los materiales localizados en la bajera de alquiler y de relacionarlos con los últimos arrestos, especialmente el del 2 de julio de José Antonio Aranibar, el jefe de los comandos especiales, y el del 26 de julio de Juan Cruz Maiza, el máximo responsable del aparato de logística y sospechoso de haber arrendado el garaje. Los expertos creen que el garaje no era uno de los almacenes de armamento de ETA sino un escondite utilizado por el aparato militar de ETA para guardar durante unos días las armas y explosivos que entrega el aparato logístico, custodio de arsenales, para equipar un comando para atentar. El gestor del escondite se sospecha que podía ser Aranibar, que tendría encomendadas por Garikoitz Aspiazu, Txeroki , entre otras tareas, entregar el material y las órdenes a los comandos que iban a cruzar la frontera. Por eso, la bajera albergaba una serie de materiales pensados para armar a un comando tipo, de los compuestos por tres miembros (tres pistolas), y por eso el local, ubicado a 30 kilómetros de la frontera española, guardaba el explosivo ya distribuido en bidones y preparado para ser detonado en cualquier momento. También incluía el resto de los elementos necesarios para multiplicar el efecto de las detonaciones y los mecanismos precisos para la activación (temporizadores y detonadores).