Los secuestradores de Orio

La operación ha puesto los grilletes cuatro de los delcuentes más buscados por su presunta implicación en el secuestro de la familia de Orio. Ander Mújica ha sido famosos por sus rocambolescas huidas este verano a lo ancho de España. Una de sus huellas fue identificada entre las recogidas en el coche abandonado por ETA con más de cien kilos de explosivo el pasado 21 de junio en Ayamonte (Huelva) ante la presencia de un control de la Guardia Civil y de la Guardia Nacional Republicana portuguesa. Otro control policial precipitó su fuga el pasado 19 de julio en Torreblanca (Castellón) cuando viajaba en taxi rumbo a Francia. Alaitz Aramendi, la mujer detenida, se hallaba en paradero desconocido desde junio de 2005 a pesar de no obrar en su contra ninguna reclamación judicial. Luis Ignacio Iruretagoiena Lanz, «Lucas» y «Suni», es uno de los más cualificados especialistas en explosivos de ETA y teórico promotor de las fórmulas de mayor poder destructivo, con reforzantes de nueva generación, empleadas en cargas como la que destruyó a finales de diciembre una terminal del aeropuerto madrileño de Barajas. Con cuatro dedos amputados en una mano como precio a su formación autodidacta, el artificiero de la T-4 es un reincidente repescado para instruir a los jóvenes activistas procedentes de la kale borroka que recibió en la Nicaragua sandinista. Oihan Barandalla Goñi, pamplonés de 31 años, es otro detenido de relevancia. Las fuerzas de seguridad le consideran lugarteniente del actual jefe «militar» de ETA, Garikoitz Aspiazu, «Txeroki». Interior le relaciona con el robo de 350 pistolas perpetrado en octubre de 2006 en la localidad de Vauvert, y ha sido reconocido por testigos franceses como la persona que alquiló algunas de las viviendas utilizadas por ETA en el país vecino, entre ellas la casa rural donde estuvo retenida la familia de Orio.