El armador inventó causas externas para ocultar el fiasco del «Prestige»

El ex alto cargo de la armadora del Prestige , George N. Alevizos, revela en su informe al tribunal estadounidense que investiga el accidente que la cúpula de la firma armadora Universe Maritime, en colaboración con su equipo legal, inventaron desencadenantes externos del accidente para distraer la atención sobre la verdadera causa del siniestro: una debilidad estructural extrema incapaz de aguantar el mínimo temporal y que provocó, directamente, el desplome del mamparo longitudinal que dividía dos tanques de estribor. Entre esas causas, el ex director técnico de la operadora del petrolero enumera el eventual choque de un contenedor u otro objeto flotante contra el lateral del buque y la teoría más elaborada de la ola gigante o freak wave , asumida esta última por las Bahamas, el país que abanderó el buque, en su investigación sobre las causas del siniestro. El propio George Alevizos fue testigo de estas elucubraciones en las reuniones que se celebraban en las oficinas de Universe Maritime en Atenas (Grecia) y asegura en su declaración-informe que, cuando el capitán y los miembros de la tripulación prestaron declaración en el juzgado de Corcubión, estos ya habían sido aleccionados por los abogados del armador sobre la estrategia a seguir. En un aspecto más técnico de la prueba testifical, Alevizos denuncia la ocultación de «una gran fisuración» que se desprendía de sus análisis de las mediciones iniciales (calibraciones) de grosor del acero, detalle que desaparecía sospechosamente del informe final de calibraciones. «Supe inmediatamente, basándome en mi experiencia, que no podía basarme en las calibraciones finales para determinar la verdadera condición del buque en el momento del siniestro», concluye. Incluso se eliminaron algunos datos de espesores insuficientes que sí aparecían en un informe «para uso exclusivo del armador». Las reparaciones llevadas a cabo en el astillero chino partían por tanto de unas variables que no reflejaban las necesidades del barco, con el único objetivo de ahorrar dinero. Las mediciones iniciales fueron entregadas por Alevizos a ABS el 18 de noviembre del 2002. Y añade: «Examiné el informe de Thomas Marine ante el juzgado de Corcubión y concluí que tanto la declaración jurada como el informe de calibración final son declaraciones falsas».