Diario de León

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ETA decidió en el 2002 atacar en Francia a fuerzas antiterroristas Zapatero: «Caerán y pagarán por ello» Raúl Centeno es el primer muerto desde el final de la tregua

El presidente llamó a las familias de los agentes para expresarles su dolor

Zapatero suspendió el acto de los 25 años del triunfo del PSOE

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Fernando Iturribarria S. Olmo Alfonso Torices - parís madrid madrid
León

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Documentación interna intervenida a la dirección del aparato militar muestra que ETA tiene asumida desde hace cinco años la decisión de atentar en Francia contra actores directos de la lucha antiterrorista sin considerar que tal eventualidad, materializada este sábado, supusiera un giro de su estrategia en la retaguardia gala. El banco central de datos del departamento de seguridad etarra contiene fotografías y listas de matrículas, periódicamente actualizadas, de agentes españoles de quienes existe constancia escrita que han sido contravigilados con propósitos criminales. Los archivos de Otsagi (jefatura militar) confiscados durante el último trimestre de 2002 en los cuarteles generales de Bergerac y Tarbes revelaron que activistas de ETA habían sometido a vigilancias en el suroeste de Francia a miembros de las fuerzas de seguridad del Estado español. Una nota hallada entre los papeles de Ibon Fernández Iradi «Susper» detallaba los movimientos de entrada y salida, horarios y vehículos de un grupo de agentes que habían sido localizados en una vivienda de la localidad vascofrancesa de Ciboure. El autor sugería a sus jefes perpetrar un atentado mortal en la propia casa aunque se inclinaba personalmente por esperar a que llegaran mandos policiales de mayor graduación y pasar a la acción cuando estuvieran reunidos en un establecimiento hostelero. A su juicio, el prestigio y la moral de la organización ganarían enteros con el golpe asestado a los agentes que eran denominados picolos (guardias civiles). En verificaciones posteriores se comprobó que, en realidad, se trataba de espías del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). A Susper también se le ocupó un detallado plan para asesinar en París a la jueza antiterrorista Laurence Le Vert, bestia negra de ETA en Francia. «Caerán y pagarán por ello». José Luís Rodríguez Zapatero respondió al atentado con la promesa de que los etarras serán perseguidos hasta su detención y encarcelamiento. «Este es su inevitable destino», dijo el presidente del Gobierno, quien resaltó la fortaleza del Estado de Derecho y la unidad de las fuerzas políticas frente al terrorismo. Rodríguez Zapatero suspendió los actos que tenía previstos para este sábado en cuanto conoció la noticia del atentado. El presidente llamó al líder del PP Mariano Rajoy para informarle de los hechos, y a los padres de los agentes víctimas del atentado, a quienes expreso su afecto, respaldo y solidaridad. Un respaldo que hizo público horas después en una comparecencia en La Moncloa, en la que expresó su «condena más radical» al atentado y su «sentimiento de cariño y cercanía» a las familias de los agentes y a la Guardia Civil, «que una vez más ha sido golpeada cuando cumplía su misión de defender la libertas de todos los españoles». «Hoy más que nunca -dijo Zapatero- los terroristas deben saber que estamos todos unidos contra ellos y firmemente comprometidos con los valores y las instituciones que nos hacen ser libres. ETA intentaba desde hace meses su primer asesinato, desde que el 5 de junio rompió la tregua con el Gobierno, y ayer cumplió su objetivo por el método más infalible. Para asegurarse que no volvía a fallar, recurrió a la emboscada por la espalda. La banda terrorista con un solo atentado ha marcado varios hitos en su siniestra trayectoria. Es su primer asesinato premeditado y directo desde que hace cuatro años y medio matase a dos policías nacionales en Navarra; y es también su primer atentado en Francia en los 40 años de historia de la banda. La última vez que ETA había planificado y logrado un asesinato fue el 30 de mayo de 2003, en Sangüesa (Navarra), cuando hizo volar con una bomba lapa el automóvil de los policías Bonifacio Martín y Juan Envit, que habían acudido a la localidad para tramitar las renovaciones del DNI. No obstante, en estos cuatro años y medio la banda causó otros dos muertos, Diego Armando Estacio y Carlos Alonso Palate, que sucumbieron sepultados bajo los escombros de la Terminal 4 del aeropuerto madrileño el 30 de diciembre de 2006, en un atentado que, al menos en principio, no iba orientado a causar víctimas. Los expertos en la lucha terrorista tienen muy claro que la banda no había puesto víctimas sobre la mesa desde el pasado 5 de junio porque no había podido.

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